El anuncio de que productores del campo podrán acceder a diésel más barato gracias a un programa federal impulsado por ONAPPAFA no solo encendió la esperanza en miles de campesinos, también alarmas en el poderoso sector gasolinero.

La organización reveló un plan de compras colectivas y distribución directa, con el que se busca abaratar costos y acabar con el “intermediario inmoderado” que durante años ha encarecido el insumo vital para la producción agrícola.

“El campo no está abandonado… está desorganizado. Y si nos organizamos, podemos generar nuestros propios mecanismos de desarrollo económico”, sentenció Manuel Zúñiga Maldonado, dirigente estatal de ONAPPAFA Tamaulipas, dejando claro que no se trata de pedir subsidios, sino de romper la dependencia del monopolio del combustible.

Los detalles que inquietan a las gasolineras son; Vales canjeables en estaciones designadas por Pemex. Almacenamiento comunitario en gigantescos “frank tanks” y un censo real de consumo, que permitiría negociar precios por volumen con Pemex y desplazar el negocio privado.

En municipios como Soto la Marina, Jiménez, San Fernando y Reynosa, ya se preparan los primeros grupos de productores. Según Zúñiga, más de 2 mil campesinos se han inscrito, pero la cifra podría multiplicarse rápidamente.

El riesgo para las gasolineras privadas es evidente: si los agricultores logran comprar más barato y en bloque, los márgenes de ganancia de las estaciones locales se verán golpeados.

Con este programa, no solo se busca abaratar el combustible, se está desafiando un sistema de distribución que durante décadas ha beneficiado a unos cuantos y asfixiado al campo.

“El año pasado presentamos la propuesta a Pemex en Tampico y fue bien recibida, siempre y cuando se realice a través de cooperativas ejidales”, detalló Zúñiga.