En Tamaulipas debido a los índices de violencia y desapariciones, enfrenta una necesidad, la creación de panteones forenses que agilicen la identificación de cuerpos sin reconocer, víctimas de hechos violentos o sospechosos.
Ante esta situación, la diputada Eva Araceli Reyes González, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos en el Congreso local, ha hecho un llamado urgente para establecer y reforzar este tipo de infraestructura en el Estado.
Según explicó, esta es una exigencia constante por parte de los colectivos de familias afectadas, pero también una necesidad crítica en la búsqueda de justicia y verdad.
“El tema de los panteones forenses es fundamental, porque permiten brindar esa certeza que tanto esperan los familiares. Mientras más pronto tengamos resultados, en especial los relacionados con pruebas de ADN, más eficiente será el proceso de identificación”, señaló Reyes González.
La legisladora de Morena advirtió que los actuales procedimientos para identificar a personas desaparecidas suelen ser lentos y complicados.
Explicó, que en muchos casos, los allegados se enfrentan a restos humanos que podrían pertenecer a sus seres queridos, pero sin registros precisos, la confirmación es casi imposible.
Aseguró que contar con panteones forenses bien equipados, especialmente con un sistema funcional de bancos de ADN, permitiría reducir tiempos y facilitar el reconocimiento de los cuerpos.
La Diputada subrayó que Tamaulipas es uno de los Estados con más casos de desapariciones forzadas en el país, lo que ha incrementado la presión por contar con espacios forenses adecuados que respondan a esta crisis.
Además, denunció la falta de infraestructura adecuada en zonas clave como Nuevo Laredo y Reynosa.
“El panteón de Nuevo Laredo dejó de operar. En Reynosa se trabaja en la construcción de uno, pero aún no ha sido certificado para su funcionamiento. Esta situación es urgente. No solo se trata de hacer justicia, también de dar un trato digno a las víctimas y tranquilidad a sus familias”, explicó.
Un panteón forense es un sitio diseñado para resguardar temporalmente los cuerpos de personas fallecidas en condiciones violentas, accidentales o sospechosas.
A diferencia de un cementerio común, su finalidad va más allá del almacenamiento: estos espacios son clave para realizar investigaciones periciales y judiciales.
Los cuerpos son sometidos a análisis médicos, autopsias y pruebas de ADN con el fin de esclarecer las causas de muerte e identificar a las víctimas.
Reyes González propuso la creación de al menos ocho panteones forenses distribuidos estratégicamente en distintas regiones del Estado, lo que permitiría acelerar los procesos judiciales y de identificación.