El gobernador constitucional de Tamaulipas, Américo Villarreal Anaya, informó que su administración trabaja de manera coordinada con la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y autoridades municipales en un proyecto integral de reordenamiento y rehabilitación de infraestructura hidráulica, con el objetivo de prevenir inundaciones en municipios como Reynosa, Matamoros y la zona sur del estado.
Durante un análisis técnico realizado tras las recientes precipitaciones registradas en la entidad, el mandatario señaló que muchas de las obras de desagüe y canales de alivio existentes fueron construidas hace años con capacidad suficiente para evitar inundaciones, pero carecieron del mantenimiento necesario y fueron afectadas por el crecimiento urbano desordenado.
“Existen canales de desborde que originalmente podían desalojar hasta 40 metros cúbicos por segundo; sin embargo, con el crecimiento de las colonias aledañas se construyeron pasos improvisados y tuberías que hoy limitan el flujo del agua, provocando encharcamientos e inundaciones”, explicó Villarreal Anaya.
Asimismo, detalló que, en Matamoros, parte del problema se debe a la pérdida de bordos de contención, ya que algunos fueron utilizados como material de relleno para construcciones.
“Porque hay tramos donde el bordo ya no existe. Es necesario recuperar toda esa estructura”, subrayó.
En el sur del estado, el gobernador destacó los avances en el proyecto del Dique del Moralillo, infraestructura clave para el control de avenidas pluviales y la protección de asentamientos cercanos a la Laguna del Carpintero y el río Tamesí.
“La naturaleza nos ayudó a probar la resistencia del dique al elevarse el nivel del agua sin generar afectaciones. Con ello se confirma la viabilidad técnica del proyecto, que contempla una estructura de 230 metros de longitud y una altura operativa de 1.70 metros”, precisó.
Respecto a las recientes lluvias, Villarreal Anaya informó que las mayores precipitaciones se registraron en la zona sur, con acumulados de hasta 120 milímetros, y que no se reportan daños graves, más allá de algunos encharcamientos y afectaciones menores en caminos rurales, donde ya opera maquinaria estatal y de Conagua para el desagüe y reparación de vialidades.