El presidente ruso, Vladímir Putin, ha ordenado este jueves un alto el fuego en Ucrania con motivo de la Navidad ortodoxa, según ha informado el Kremlin en un comunicado. Las tropas rusas deben mantener la tregua durante 36 horas a partir de las 12.00 horas del 6 de enero, afirma el documento. De materializarse, sería la primera tregua desde el inicio de la invasión el pasado 24 de febrero.
Muchos cristianos ortodoxos, incluidos los que viven en Rusia y Ucrania, celebran la Navidad los días 6 y 7 de enero. El Patriarca Kirill de Moscú, jefe de la Iglesia Ortodoxa Rusa, ha pedido este jueves a los dos bandos de la guerra que contemplasen una tregua navideña, un paso rechazado por Kiev como una cínica trampa.
“Teniendo en cuenta el llamamiento de Su Santidad el Patriarca Kirill, ordeno al ministro de Defensa de la Federación Rusa que introduzca un régimen de alto el fuego a lo largo de toda la línea de contacto de las partes en Ucrania desde las 12.00 del 6 de enero de 2023 hasta las 00.00 del 8 de enero de 2023”, afirma Putin en la orden. Esto es según el huso horario de Moscú, ya que en Ucrania es una hora menos.
“Partiendo del hecho de que un gran número de ciudadanos que profesan la ortodoxia viven en las zonas de hostilidades, pedimos a la parte ucraniana que declare un alto el fuego y les permita asistir a los servicios religiosos en Nochebuena, así como el día de Navidad”, solicita Putin.
Petición de Erdogan
El anuncio del Kremlin llega pocas horas después de que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, pidiese al mandatario ruso, durante una llamada telefónica, un “cese del fuego unilateral” para impulsar las negociaciones de paz.
La Presidencia turca ha manifestado en un comunicado publicado en su página web que Erdogan ha comunicado a Putin durante una conversación telefónica que “los llamamientos a la paz y las negociaciones deben ser apoyados por un alto el fuego unilateral y una visión para una solución justa”.
Asimismo, ha destacado los “resultados positivos” de las negociaciones para el acuerdo sobre la exportación de grano desde puertos ucranianos, los intercambios de prisioneros y la iniciativa de creación de una “zona segura” en torno a la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa.
No obstante, el líder del Kremlin condiciona cualquier negociación de paz a que Kiev acepte “las nuevas realidades territoriales”; es decir, que reconozca como rusas las regiones ucranianas anexionadas de manera ilegal por Moscú el pasado septiembre.
“Putin ha reafirmado la disposición de Rusia a un diálogo serio, siempre y cuando las autoridades de Kiev cumplan con las bien conocidas demandas rusas y tengan en cuenta la nueva realidad sobre el terreno”, ha manifestado, en referencia a la anexión de las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, parcialmente ocupadas en el marco de la guerra.
Por su parte, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se ha negado en reiteradas ocasiones a negociar con Rusia mientras Putin esté en el poder e insiste en que el objetivo es recuperar todos los territorios ocupados, incluida Crimea, adherida por el Kremlin en 2014.