Mientras los ataques rusos contra las infraestructuras ucranianas parecen tener un impacto menor en la situación militar, el ejército ucraniano sigue presionando en las regiones de Jersón y Lugansk, con Rusia intensificando sus bombardeos sobre Zaporiyia.
Los recientes ataques con misiles rusos han perdido virulencia en comparación con los de los primeros días de la invasión, el pasado febrero, subraya Viktor Kevliuk, experto militar del Centro Ucraniano de Estrategias de Defensa.
“Sus reservas han descendido. Los rusos ya no son capaces de generar como cuando lanzaban cientos de misiles al día”, afirmó en declaraciones a Efe.
Para Kevliuk, los ataques no tienen efecto alguno sobre la situación general en la línea del frente.
Por contra, Ucrania ha seguido infligiendo grandes pérdidas a las tropas rusas. Según su mando militar, el número de bajas entre los soldados rusos ascendió a 420 en las últimas 24 horas.
Unos 150 de ellos murieron en ataques de la artillería en la aldea de Tokarivka, a orillas del río Dnipro, en la región de Jersón, según el último informe del Estado Mayor del ejército ucraniano.
Ucrania sigue atacando a través del Dnipro, mientras que el ejército ruso trata de mantener el abastecimiento de los entre 15 mil y 20 mil soldados que tiene desplegados en la orilla occidental del río y a pesar de que dos puentes clave hayan sido dañados.
En Lugansk se confirmó la liberación de siete pueblos, según el jefe de la administración militar regional, Sergiy Gaidai.
En rueda de prensa, Gargai avanzó que las tropas ucranianas han ido avanzando poco a poco, pero desestimó dar detalles, a la espera de una información oficial verificada.
“Ambos ejércitos, el ruso y el ucraniano, están exhaustos”, declaraba ayer el analista militar ucraniano de la ONG “Come Back Alive”, Mykola Bielieskov, a la agencia Euromaidan Press. El ritmo del avance ha disminuido, añadió.
Pese a esa desaceleración, el ejército de su país está avanzando, probablemente intentando alcanzar Svatove y Kreminna, donde las tropas rusas han estado estableciendo sus defensas.
Además de atacar infraestructuras energéticas y críticas clave, Rusia sigue bombardeando las ciudades que se encuentran dentro del alcance de sus sistemas de misiles S-300 y de lanzacohetes múltiples, como Jarkov y Mykolaiv. Al menos dos civiles murieron tras el derrumbe parcial de un edificio de viviendas la noche pasada.
En paralelo, en las últimas semanas también se han intensificado los bombardeos rusos de Zaporiyia y sus alrededores.
Las autoridades de la región informaron de que una persona murió y 13 resultaron heridas tras los ataques rusos contra Orichiv, a unos 18 kilómetros de la línea del frente, donde ayer se registraron 324 impactos.
“Más de 70 personas” murieron en las últimas dos semanas en la propia ciudad de Zaporiyia, en cuya región se encuentra la mayor planta nuclear de Europa, según el jefe de la administración militar regional, Oleksandr Starukh.
Los misiles rusos no solo alcanzaron las infraestructuras de la ciudad, sino también los bloques de viviendas y las casas particulares. “Los misiles de alta precisión impactaron exactamente en lo que pretendían”, denunció Starukh, en una comparecencia informativa celebrada el miércoles.
Fuentes ucranianas afirmaron que tres sistemas rusos de defensa aérea S-300, utilizados para bombardear la ciudad de Zaporiyia, fueron alcanzados por sus efectivos cerca de la ciudad de Tokmak.
“La lógica detrás de los ataques a Zaporiyia es difícil de entender. Podría interpretarse como que los rusos están matando a sus propios ciudadanos, en la región que se han anexionado formalmente”, dijo a Efe Kevliuk.
El analista considera que Rusia está buscando una zona en la que pueda hacer al menos algún progreso militar para exhibirlo internamente, mientras crece la impaciencia tras las retiradas en Jersón y Jarkov.
El analista militar Bielieskov ve motivos parecidos tras los sucesivos intentos rusos de atacar cerca de Bakmut, en Donetsk. Los considera insostenibles, ante la creciente falta de tropas rusas en Ucrania.
De hecho, el último informe del mando militar ucraniano sugiere que las unidades rusas en Donetsk han recibido la orden de “cesar temporalmente las operaciones ofensivas”, ante la “baja moral” de los efectivos y las “numerosas deserciones entre los soldados movilizados”.