El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un decreto que busca centralizar por completo la regulación de la inteligencia artificial (IA), con el objetivo de impedir que cada uno de los 50 estados establezca reglas propias.
Trump aseguró que el desarrollo tecnológico requiere uniformidad: “La IA no puede avanzar con 50 fuentes distintas de aprobación. Necesitamos una sola autoridad”, afirmó al defender su postura de mantener la industria con la menor carga regulatoria posible.
La orden ejecutiva establece que todas las políticas sobre IA deberán regirse bajo un marco federal único, según explicó Will Scharf, jefe de personal de la Casa Blanca.
En un discurso cargado de mensajes geopolíticos, Trump también sostuvo que Estados Unidos lleva ventaja sobre China en esta carrera tecnológica: “Solo habrá un ganador, y ahora mismo estamos adelante”, expresó.
La decisión llega después de que el Congreso rechazara dos intentos de permitirle a la Casa Blanca anular leyes estatales relacionadas con la IA. Aunque una orden ejecutiva no tiene la facultad de invalidar normas locales, el gobierno apuesta por una presión política y jurídica que empuje hacia la estandarización nacional.
La iniciativa fue impulsada por David Sacks, asesor presidencial en temas de IA y criptomonedas, y cuenta con el respaldo de figuras clave de la industria como Sam Altman, director de OpenAI, y Jensen Huang, CEO de Nvidia.
Aun así, la Casa Blanca enfrenta resistencias tanto de legisladores demócratas como de algunos republicanos, quienes advierten que la falta de regulación estricta podría derivar en riesgos económicos, sociales y laborales difíciles de controlar.