El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, descartó que Washington envíe tropas a México para combatir a los cárteles del narcotráfico, pero advirtió que en varias regiones del país las organizaciones criminales “tienen más control que las propias autoridades”. Las declaraciones se produjeron en Canadá, durante la cumbre del G7, al responder preguntas de la prensa sobre la situación de seguridad en México.
Rubio sostuvo que el gobierno estadounidense está dispuesto a ofrecer apoyo logístico y de inteligencia al país vecino, siempre que este lo solicite formalmente. “No pretendemos tomar medidas unilaterales ni enviar fuerzas estadounidenses, pero podemos colaborar en entrenamiento, equipo y estrategias conjuntas”, afirmó.
El funcionario aseguró que la cooperación bilateral ha dado resultados en la lucha contra el tráfico de fentanilo y destacó los “avances históricos” alcanzados este año con el gobierno mexicano. No obstante, admitió que el fenómeno del crimen organizado “tardará tiempo en mostrar progresos medibles”.
Interrogado sobre el reciente asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, Rubio lo calificó como “uno de los muchos actos de terror” perpetrados por los cárteles. “Son organizaciones terroristas transnacionales; no necesitan ideología para ser terroristas: poseen más armas, mejor entrenamiento y mayor capacidad que algunos Estados”, declaró.
El secretario subrayó que los cárteles representan “el problema endémico más grave del hemisferio”, ya que socavan la soberanía y las instituciones de los países afectados. “No son simples criminales, son amenazas directas a la estabilidad de los Estados nación”, insistió.
A pesar del tono de alarma, Rubio reiteró que la administración estadounidense seguirá apostando por la cooperación y el respeto a la soberanía mexicana. “No hay quejas hacia México —dijo—. El trabajo conjunto que estamos realizando es, sin duda, histórico.”