La Policía de la región separatista moldava de Transnistria reportó dos explosiones el martes en la mañana en las instalaciones de una radioemisora cerca de la frontera con Ucrania que inhabilitaron dos antenas potentes.
Transnistria, una franja terrestre en Moldavia y con unos 470 mil habitantes, es controlada por las autoridades separatistas desde una guerra con Moldavia en 1992. Rusia mantiene unos mil 500 soldados en la zona, oficialmente en misión de paz, pero hay preocupaciones de que esas fuerzas puedan emplearse para invadir Ucrania.
Las explosiones del martes ocurrieron en la pequeña localidad de Maiac, a unos 12 kilómetros al oeste de la frontera con Ucrania, informó el Ministerio de Interior de la región. Se produjeron apenas un día después de varias explosiones, que se cree que fueron causadas por granadas propulsadas por cohetes, y que hicieron blanco en el Ministerio de Seguridad Estatal de la ciudad de Tiraspol, la capital de la región.
Nadie resultó herido en las explosiones del martes, dijeron las autoridades. Las dos antenas se utilizaban para transmitir programas de radio rusos.
Un alto cargo del Ejército ruso, Rustam Minnekayev, dijo la semana pasada que Moscú quiere tomar el control pleno del sur de Ucrania y apuntó que esto abriría camino hacia Transnistria.
La Presidenta de Moldavia, Maia Sandu, convocó una reunión del Consejo Supremo de Seguridad el martes para abordar los incidentes.
El Consejo de Seguridad de Transnistria reportó el martes que, en total, se han registrado tres incidentes en la región: las explosiones en Tiraspol el lunes, las de Maiac el martes y daños en una unidad militar en la localidad de Parcani, también el martes.
Las autoridades no ofrecieron más detalles sobre el incidente más reciente, pero declararon “un nivel rojo de alerta terrorista” y prometieron imponer medidas adicionales de seguridad en la región.
El Presidente de Transnistria, Vadim Krasnoselsky, pidió el martes imponer medidas de seguridad antiterroristas en “nivel rojo” durante 15 días, incluida la instalación de retenes en las entradas a las ciudades.
El vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo el martes a los reporteros que la situación en Transnistria “suscita preocupación” en Moscú.