Un tribunal ruso prolongó este miércoles por seis meses la detención del opositor Ilia Yashin, quien se enfrenta a diez años de cárcel por haber denunciado la ofensiva del presidente Vladimir Putin en Ucrania. El juicio contra él, de 39 años, encarna la férrea represión de las autoridades rusas hacia las voces críticas. La mayoría de los opositores están exiliados o detenidos.
Pero Yashin, un ex miembro del parlamento municipal de Moscú, rechazó salir del país después de que Putin enviara tropas a Ucrania el 24 de febrero y condenó la ofensiva en YouTube, donde cuenta con 1.3 millones de seguidores. Las autoridades lo detuvieron en junio en un parque de la capital y lo acusaron de difundir “informaciones falsas” con “incitación al odio”, un cargo castigado con diez años de cárcel.
Las autoridades le reprochan haber denunciado el “asesinato de civiles” en la ciudad ucraniana de Bucha, cerca de Kiev, donde las fuerzas rusas fueron acusadas de cometer atrocidades tras su repliegue. Moscú siempre lo ha negado. Yashin es un aliado del opositor Boris Nemtsov, asesinado en 2015, y del activista anticorrupción Alexéi Navalni, encarcelado desde 2021 tras haber sobrevivido a un envenenamiento que atribuye al Kremlin
Durante la audiencia, Yashin exigió su puesta en libertad mientras durara el juicio, argumentando que no tenía intención de eludir la justicia abandonando el país.
“Si quisiera huir, lo habría hecho hace mucho tiempo”, dijo desde el cubículo de cristal reservado para los acusados. “Amo a mi país y estoy dispuesto a sacrificar mi libertad para vivir aquí (…). Soy un patriota ruso”, añadió.
Los fiscales argumentaron sin embargo que Yashin debía permanecer detenido porque había “infligido un daño considerable a Rusia” y aumentado “las tensiones políticas durante la operación militar especial”, término con el que Moscú designa su ofensiva en Ucrania.