Los primeros civiles evacuados de la acería de Azovstal, en Mariúpol, llegaron a Zaporiyia, ciudad a algo más de 200 kilómetros de la asediada urbe portuaria que ya está preparada para recibir y atender a estos refugiados que han pasado casi dos meses escondidos bajo los bombardeos.
Los autobuses llegaron escoltados por Naciones Unidas y Cruz Roja con mujeres, niños y ancianos en su interior, en una de las operaciones más delicadas de la guerra: la salida fue dificultosa y el viaje más largo de lo previsto, por los puntos de control y el paso por territorios de combate que los obligó a dormir en el camino.
Naciones Unidas confirmó el domingo la operación para evacuar a un primer grupo de unos cien civiles en la acería Azovstal en la ciudad portuaria ucraniana de Mariúpol, que comenzó el viernes.
Se trata de una operación delicada para cuyo éxito ha sido imprescindible el acuerdo entre Rusia y Ucrania con la mediación de Naciones Unidas, cuyo secretario general, António Guterres, visitó la pasada semana ambos países.
En el convoy que llegó a Zaporiyia venían los primeros civiles que lograron salir de la acería, donde permanecieron dos meses junto a soldados y combatientes del batallón de Azov, pero también refugiados de la ciudad y otros municipios del Donbás.
Al llegar, técnicos municipales comprueban su identidad y los fotografían, y tras las comprobaciones les permiten acceder a la carpa instalada en el centro de recepción de refugiados donde pueden comer, tomar un café o recoger ropa y juguetes para los niños. Acnur preparó bolsas con comida para entregar a cada uno de ellos.
Los desplazados llegan usualmente agotados, con incertidumbre, y tristeza por las pérdidas en proceso. En el caso de los evacuados de la fábrica de acero la situación puede ser aún más terrible porque salen después de dos meses sin ver la luz del sol.
Si hay algún evacuado en una situación sanitaria grave se le traslada al hospital, y si no, son atendidos en el centro sanitario de urgencias que se ha instalado en lo que antiguamente era una cafetería de un centro comercial, explicaron a EFE técnicos municipales.
Hasta el centro de recepción de refugiados de Zaporiyia siguen llegando centenares de personas que huían de la zona del Donbás, incluidos algunos de Mariúpol que llegan en sus coches particulares arriesgando sus vidas, a quienes un trayecto de 220 kilómetros les cuesta más de trece horas.
La operación para evacuar a ciudadanos de Mariúpol, ciudad portuaria en el Mar de Azov, que está siendo coordinada por las Naciones Unidas y la Cruz Roja Internacional, se sigue llevando a cabo pero con muchas dificultades y sobre su continuidad planea la incertidumbre.
En un discurso publicado esta madrugada, el presidente Zelenski dijo que Kiev seguía “haciendo todo lo posible para salvar” a los civiles de Mariupol y que “la operación de evacuación continúa”.
“Mañana (miércoles) también esperamos tráfico a través de los corredores humanitarios de Berdyansk, Tokmak, Vasylivka”, en dirección a Zaporiyia, agregó el presidente.