El Departamento de Defensa de Estados Unidos se opone a desplegar la guardia nacional en el Distrito de Columbia, donde se encuentra Washington, para lidiar con los migrantes enviados en buses desde Texas y Arizona, afirmó este viernes un funcionario del Pentágono.
La alcaldesa del Distrito de Columbia, Muriel Bowser, pidió al secretario de Defensa, Lloyd J. Austin, “que despliegue la guardia nacional de DC” para abordar “una creciente crisis humanitaria”.
La guardia nacional es un cuerpo militar de reserva que se suele desplegar en casos de emergencia estatal. Cada estado puede activarla dentro de su territorio pero DC no es un estado y necesita el acuerdo del Departamento de Defensa para hacerlo.
El Secretario de Defensa “se ha negado a aprobar la solicitud” para que la guardia nacional de DC (DCNG) proporcione personal para ayudar a la oenegé SAMU First Response “con el transporte y la recepción de migrantes que llegan al área de DC”, afirmó a la AFP un funcionario del Pentágono que pidió mantener el anonimato.
Hemos determinado que brindar este apoyo afectaría negativamente la preparación de la DCNG y tendría efectos negativos en la organización y los miembros”, añadió.
El funcionario estimó que en estos momentos las subvenciones a través del Programa de alimentos y refugio de emergencia de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) “son suficientes (…) para brindar asistencia a los migrantes”.
Desde abril, el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, envió autobuses llenos de migrantes irregulares a Washington. Un mes después, el de Arizona, Doug Ducey, del mismo partido, siguió sus pasos.
La alcaldesa de DC llamó a finales de julio al gobierno federal a “hacer su parte y tomar una iniciativa para abordar lo que vemos como una creciente crisis humanitaria”. “Debemos asegurarnos de que haya una respuesta federal, no una respuesta ciudad por ciudad, estado por estado”, insistió.
Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), en junio el número de encuentros con migrantes irregulares en la frontera sur de Estados Unidos fue de 207.416, es decir cada vez que uno de ellos llega y se entrega a una autoridad o trata de cruzar.
El 26% de entre ellos había intentado cruzar al menos una vez en los últimos 12 meses.