Donald Trump lanzó una dura advertencia a Apple: si no traslada la fabricación de iPhones a suelo estadounidense, la empresa enfrentará un arancel del 25% sobre sus dispositivos vendidos en el país. A través de su red social Truth Social, el expresidente recordó que ya había alertado a Tim Cook, CEO de Apple, sobre su exigencia de abandonar plantas en India o China. “Si no es el caso, pagarán”, sentenció Trump, reforzando su discurso proteccionista.

La medida no sorprende, pues desde su regreso a la Casa Blanca en enero, Trump ha escalado su ofensiva arancelaria contra socios comerciales clave. Sin embargo, su enfoque en Apple marca un nuevo frente en su batalla por relocalizar la manufactura. La semana pasada, ya había insistido en que la empresa “debe producir en EE.UU.”, subrayando su molestia con la dependencia asiática.

“Tuve un pequeño problema con Tim Cook”, admitió Trump durante su gira por Qatar, revelando una tensión privada convertida en política pública. Aseguró haberle exigido al ejecutivo priorizar fábricas estadounidenses: “Llevamos años soportando China. Ahora es nuestro turno”. Este pulso refleja su estrategia de vincular acuerdos corporativos con su agenda America First, aunque expertos advierten riesgos para cadenas de suministro globales.

Pese a las presiones, Apple parece resistirse. Cook señaló en mayo que India podría reemplazar a China como origen principal de iPhones vendidos en EE.UU., evitando así los aranceles del 145% a productos chinos. No obstante, la tregua de 90 días acordada entre Washington y Beijing podría cambiar el juego. Mientras, la incertidumbre comercial crece, y Apple se debate entre adaptarse o desafiar las reglas de Trump.