El gobierno del presidente francés, Emmanuel Macron, activó este jueves un polémico procedimiento para adoptar su impopular reforma de las pensiones eludiendo el voto de los diputados, en medio de una sesión caótica en la Asamblea Nacional.

“No podemos hacer apuestas sobre el futuro de nuestras pensiones”, dijo la primera ministra, Élisabeth Borne, al activar en la cámara baja el artículo 49.3 de la Constitución

Varios diputados avanzaron ya la presentación de una moción de censura contra el gobierno, la única forma ahora de impedir la aplicación de la reforma. Macron, que ha mantenido contactos durante todo el día con distintos actores políticos, reunió de urgencia al Consejo de Ministros para que éste avale recurrir al artículo 49.3 de la Constitución, en virtud del cual el proyecto saldrá adelante independientemente de su nivel real de apoyo.

Ya ante la Asamblea, la primera ministra, Elisabeth Borne, confirmó la invocación de dicho artículo, en un tenso inicio del pleno cargado de reproches y con exhibición de pancartas incluida. “Si todos votaran en conciencia y en consonancia con sus posiciones pasadas, no estaríamos aquí esta tarde”, ha criticado. El invocar el artículo 49.3 abre la puerta a que la oposición ponga sobre la mesa mociones de censura contra el Gobierno, algo de lo que Borne ha dado ya por sentado, sin “ninguna duda”.

De hecho, ya ha ocurrido en varias ocasiones durante esta legislatura, con mociones en las que incluso han sumado votos la izquierdista La Francia Insumisa (LFI) y la ultraderechista Agrupación Nacional. Ambos bloques han confirmado que volverán a presentar sendas mociones, si bien la oposición necesitaría de nuevos aliados para tumbar al Ejecutivo.

El miércoles, cientos de miles de personas volvieron a salir de nuevo a las calles de las principales ciudades de Francia –por octava vez– para cuestionar una reforma que plantea, entre otras cuestiones, elevar de 62 a 64 años la edad de jubilación y ampliar el periodo de cotización necesario para obtener la pensión máxima.