El expresidente de Perú Alberto Fujimori será liberado pese a estar sentenciado por delitos de lesa humanidad.
Su sentencia se cumplía el 20 de febrero de 2032. Es decir, salió nueve años antes de lo previsto.
El Tribunal Constitucional (TC) de Perú ordenó ayer la excarcelación del mandatario que gobernó de 1990 a 2000, a pesar de que la Corte Interamericana de Derechos Humanos ordenó el año pasado mantenerlo en prisión.
El tribunal validó un recurso para restituir un indulto y ordenó al instituto penitenciario disponer “la inmediata libertad” del exmandatario.
Este Tribunal Constitucional ordena que el Instituto Nacional Penitenciario y el director del Penal de Barbadillo dispongan la inmediata libertad del favorecido, Alberto Fujimori”, reza el fallo.
De 85 años de edad, padece un cáncer lingual, fibrilación auricular e hipertensión.
El organismo alegó la salud “resquebrajada” de Fujimori.
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Al mismo tiempo recalcó que el exmandatario ya “ha cumplido aproximadamente las dos terceras partes de su condena”, lo que lo hace beneficiario del indulto.
En 2007, Fujimori fue condenado por estar detrás de la matanza de 25 personas en los casos Barrios Altos en 1991 y la Universidad La Cantuta en 1992, mientras su gobierno enfrentaba a la guerrilla de Sendero Luminoso.
El exmandatario recibió el indulto humanitario del expresidente Pedro Pablo Kuczynski en diciembre de 2017.
Tras unos meses libre volvió a prisión por la intervención de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Además, el expresidente está condenado por corrupción y debe 13.6 millones de dólares.
MANTUVO INFLUENCIA
Fujimori huyó a Japón en el año 2000 cuando su Administración colapsó bajo acusaciones de corrupción. Japón lo reconoció como ciudadano y rechazó las solicitudes de extradición de Perú.
Viajó a Chile en 2005 con la intención de hacer un retorno político antes de las elecciones presidenciales en Perú. Posteriormente, fue arrestado y extraditado en el año 2007.
Sin embargo, la familia Fujimori ha tenido una fuerte influencia y relevancia política en las últimas tres décadas en el país.
Los simpatizantes del expresidente lo recuerdan como un líder de mano dura que salvó al país del terrorismo y una crisis económica a fines del siglo pasado.
Por su parte, los detractores afirman que fue un déspota que disolvió el Congreso en 1992 y violó los derechos humanos para mantenerse durante una década en el poder.
Su hija mayor y heredera política, Kieko Fujimori, está a punto de ser juzgada por lavado de activos.
La excandidata presidencial está acusada de presuntamente recibir aportaciones ilegales para sus campañas por parte de la constructora brasileña Odebrecht.
Keiko Fujimori, en su tercer intento por ganar la presidencia de Perú, perdió en el 2021 unas apretadas elecciones frente al ahora destituido exmandatario Pedro Castillo, quien está en prisión.
EL CASO
El expresidente Alberto Fujimori cumple desde 2009 una condena por crímenes contra la humanidad por la muerte de 25 personas en dos matanzas perpetradas en los años 1991 y 1992 por un escuadrón del ejército.
Conocido como El Chino, Fujimori fue muy popular por su lucha sin cuartel contra la guerrilla maoísta de Sendero Luminoso, cuyos principales líderes fueron apresados.
En noviembre de 2000, en medio de una creciente oposición tras 10 años de gobierno, Fujimori huyó a Japón, la tierra de sus ancestros, y renunció por fax a la presidencia.
EL PRISIONERO MÁS CARO DEL PAÍS ANDINO
Alberto Fujimori, exonerado de una sentencia de 25 años de cárcel por delitos de lesa humanidad, permaneció en prisión entre privilegios.
En la prisión de Barbadillo, en Lima, fue encerrado en una habitación de unos 15 metros cuadrados, una cama ortopédica y televisión.
Tiene también baño propio, la cocina está equipada, tiene comedor y una sala de visitas de aproximadamente 20 metros cuadrados, según reveló la cadena BBC.
Entre 2011 y 2015 se calculó que el gobierno gastaba unos 107 mil dólares al año en ese centro penitenciario, a pesar de que las cárceles tienen una sobrepoblación de 223.6 por ciento.
Originalmente, Barbadillo estaba diseñada para Fujimori.
Sin embargo, actualmente, en la misma prisión, se encuentran los expresidentes Pedro Castillo y Alejandro Toledo.