El lago Hamrin, reserva de una presa del centro de Irak, está casi seco por la disminución de las lluvias y la reducción del caudal de agua que llega desde Irán, indicó el viernes un alto funcionario.
Este depósito de agua es fundamental para Bagdad, la capital de Irak, un país de 41 millones de habitantes.
Irak acusa habitualmente a sus vecinos, especialmente a Turquía e Irán, de ser responsables de la reducción de los caudales fluviales que llegan al país, por la construcción de presas a lo largo de los ríos.
Hay una fuerte caída del nivel de agua: las reservas actuales se elevan a 130 millones de metros cúbicos y la capacidad usual es de 1.000 millones de metros cúbicos”, dijo a la AFP Aun Dhiab, alto consejero del ministerio iraquí de Recursos Hídricos.
En el perímetro del lago, solo quedan unos pocos pantanos y el resto es tierra seca y agrietada, constató un fotógrafo de la AFP.
El lago, que sirve como reserva a la presa del mismo nombre en la provincia de Diyala, es alimentado por el río Sirwan, que nace en Irán.
Esa desecación se debe a “varios factores”, indicó Dhiab, mencionando años de sequía y las medidas adoptadas por Irán para desviar el curso del agua y crear represas.
Otros países como Corea del Norte también enfrentan problemas por la falta de agua y calor extremo que afecta las cosechas.