Por lo menos una décima parte de las secuoyas gigantes maduras del mundo fueron destruidas por un sólo incendio forestal que arrasó con el sur de la Sierra Nevada, en California, el año pasado, de acuerdo con un informe preliminar elaborado por científicos del Servicio de Parques Nacionales.
El periódico Visalia Times-Delta obtuvo una copia del reporte que describe la destrucción catastrófica causada por el incendio Castle, que arrasó con 707 kilómetros cuadrados (273 millas cuadradas) de árboles en el Parque Nacional de las Secuoyas.
Los investigadores utilizaron imágenes satelitales y modelos de incendios anteriores para determinar que entre 7.500 y 10.000 secuoyas fueron destruidas en el incendio. Eso equivale a entre 10% y 14% de la población de las secuoyas gigantes maduras del mundo, señaló el periódico.
No puedo dejar de recalcar lo impresionante que es esto para todos nosotros. Estos árboles han vivido durante miles de años. Han sobrevivido a decenas de incendios forestales”, dijo Christy Brigham, directora de manejo de recursos y ciencia en los parques nacionales de las Secuoyas y del Cañón de los Reyes.
Las consecuencias de perder grandes cantidades de secuoyas gigantes podrían sentirse durante décadas, señalaron los administradores forestales. Los bosques de secuoyas son de los más eficientes del mundo en cuanto a eliminar y almacenar dióxido de carbono de la atmósfera. También proporcionan hábitat para la fauna autóctona y ayudan a proteger la cuenca hidrográfica que abastece a las granjas y comunidades del valle de San Joaquín.
Brigham, la principal autora del estudio, advirtió que las cifras son preliminares y que el trabajo de investigación aún no ha sido revisado por pares. A partir de la próxima semana, equipos de científicos visitarán los bosques que sufrieron la mayor parte del daño causado por los incendios por primera vez desde que se asentaron las cenizas.
Tengo la vana esperanza de que una vez que exploremos el terreno la situación no será tan mala, pero eso es una esperanza, no es ciencia”, señaló.
El periódico informó que la magnitud del daño a una de las especies de árboles más preciadas del mundo es digna de atención, ya que las secuoyas están increíblemente bien adaptadas al fuego. Los árboles viejos, algunos de los cuales tienen más de 2.000 años y miden 76 metros (250 pies), necesitan del fuego para abrir sus piñas y reproducirse.
Cien años de supresión de incendios, combinados con las sequías más cálidas provocadas por el cambio climático, han cambiado la forma en que arden los incendios en el sur de la Sierra, y ese cambio ha sido muy malo para la secuoya”, dijo Brigham.