El Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos emitió una alerta de tormenta tropical para el sur de California, la primera vez que lo hace desde que la agencia meteorológica fue fundada en 1965.
Hilary tenía vientos sostenidos de cerca de 230 kilómetros por hora (145 millas por hora) la madrugada del viernes y se esperaba que se fortaleciera un poco más antes de comenzar a debilitarse. Sin embargo, aún se estima que siga siendo un huracán cuando se acercara a la península de Baja California en México el sábado por la noche, y degradarse a tormenta tropical cuando se acercará al sur de California el domingo.
“Se espera que fuertes lluvias en asociación con Hilary afecten el suroeste de los Estados Unidos hasta el próximo miércoles, alcanzando su punto máximo el domingo y el lunes”, dijo el NHC, añadiendo que había un peligro sustancial de inundaciones repentinas en un área que se extiende desde San Diego (California) hasta Las Vegas (Nevada), pasando por el estado de Arizona.
Ninguna tormenta tropical ha tocado tierra en el sur de California desde el 25 de septiembre de 1939, según el Servicio Meteorológico Nacional, cuando tocó las costas de Long Beach (cercano a Los Ángeles), causando muchas inundaciones, daños materiales que costaron 45.25 millones de dólares —al valor actual— y dejando a su paso al menos 45 muertos. En esa época, los huracanes no tenían nombres, medida que sería implementada por el NHC hasta 1979.
La madrugada del viernes, Hilary tenía su epicentro a unos 575 kilómetros (360 millas) al sursuroeste de Los Cabos (Baja California Sur) y se movía hacia el noroeste a 17 km/h (10 mph) con dirección hacia el norte.
Mientras tanto, la ciudad de Yuma (Arizona) se estaba preparando el jueves al proporcionar a los residentes una estación de llenado de sacos de arena de autoservicio, para que se llenen automáticamente hasta agotar existencias. A los residentes se les permitió cinco sacos de arena por vehículo.