La peor escalada de violencia en los últimos siete años entre palestinos e israelíes se ha cobrado la vida de al menos 83 palestinos, con varios cientos de heridos y fuertes disturbios en las calles, que se extienden ya por diferentes ciudades.
En este contexto, el Ejército israelí movió hoy más tropas a la frontera con Gaza ante la previsión de una operación terrestre dentro del enclave, una opción que no descarta por la fuerte escalada de violencia con la Franja, mientras continúa el disparo masivo de cohetes de las milicias y las bombardeos israelíes de represalia.
“Tenemos unidades terrestres que están preparadas y se encuentran en varias etapas de preparación de operaciones terrestres”, declaró Jonathan Conricus, portavoz militar.
Además, Israel ordenó este jueves la movilización de diez unidades de reserva de la Policía de Fronteras -cuerpo militarizado- para apoyar a las fuerzas de seguridad ante los fuertes disturbios con población árabe-israelí, con casos de los linchamientos entre árabes y judíos, en unos choques que se han ampliado a varias ciudades en plena escalada con Gaza.
Esta ciudad palestina se levantó hoy tras una larga noche de intensos bombardeos con la población recluida en sus casas ante los ataques de represalia israelíes, entre cientos de inmuebles destruidos o dañados y escombros que se amontonan con el intercambio de fuego entre las milicias palestinas e Israel.
Desde que estalló el pasado lunes, el actual repunte de violencia ha ocasionado la muerte de 83 palestinos, de los cuales unos 16 murieron en las últimas horas. Entre el total de fallecidos hay 17 niños y 7 mujeres y los heridos rozan el medio millar.
La ruina entre las calles del enclave comienza a recordar cada vez más a las imágenes de las anteriores guerras de 2008, 2012 y 2014, los últimos conflictos de gran dimensión con Israel que generaron destrucción en la Franja.
Con la vía pública casi vacía de tráfico y peatones y la mayoría de los dos millones de habitantes encerrados en casa ante bombardeos de los que no se pueden proteger con refugios antiaéreos, cientos de personas salieron para enterrar a varios milicianos de las Brigadas Al Qasam -el ala militar de Hamás- muertos en recientes ataques israelíes.
El ministro israelí de Defensa, Beny Gantz, convocó a agentes reservistas para hacer frente a los disturbios que se producen en ciudades donde la población de ascendencia palestina es numerosa. El principal epicentro de los disturbios fue la localidad mixta de Lod, donde se decretó el estado de emergencia.
Aparte de víctimas árabes y judías de linchamientos callejeros la tensión se ha traducido también en el destrozo y la quema de tiendas, restaurantes o sinagogas, lo que ha puesto en alerta a las autoridades israelíes.
El presidente israelí, Reuvén Rivlin, describió los incidentes como “una guerra civil sin razón” y pidió a líderes locales y religiosos que ayuden a detener la violencia.
Los enfrentamientos comenzaron en la noche del lunes, durante protestas de árabes-israelíes en rechazo, entre otros factores, a la represión policial israelí en Jerusalén Este, que también motivó el comienzo del disparo de cohetes y la actual escalada con Gaza.
A este respecto, las milicias islamistas de Hamás y la Yihad Islámica lanzaron 1,600 cohetes desde la Franja de Gaza hacia Israel desde el inicio de la escalada, de los que el 90 % fueron interceptados por el sistema antimisiles Cúpula de Hierro, informó hoy el Ejército.
Los cohetes dejaron siete muertos en Israel, entre ellos una adolescente y un niño.
Del total de proyectiles lanzados desde el lunes a las 03.00 GMT, incluidos los de esta noche, 400 fueron fallidos y cayeron en la misma Franja. A su vez, las fuerzas israelíes atacaron más de 600 objetivos del enclave, según concretaron hoy en un comunicado.
En la mañana de este jueves las sirenas antiaéreas volvieron a sonar en el área metropolitana de Tel Aviv y en ciudades pobladas del sur del país por una nueva ráfaga de cohetes disparados por las milicias desde la Franja de Gaza, informó el Ejército.
Tras una mañana relativamente tranquila con disparos intermitentes, los movimientos islamistas, Yihad Islámica y Hamás, volvieron a disparar de forma masiva hacia Israel.
Durante la pasada noche el Ejército israelí había intensificado sus ataques aéreos contra edificios -algunos de gran altitud- e instalaciones del enclave, en gran medida pertenecientes a milicianos de Yihad Islámica y Hamás.
El Ejército realizó nuevos ataques selectivos contra casas de cargos de alto rango de las milicias. Entre ellos, residencia de Iyad Tayeb, comandante de un batallón de Hamás, y también se “eliminó” a varios miembros de la fuerza naval del grupo. Israel asegura haber matado a más de 30 milicianos en la ofensiva.