El papa Francisco viajará a Canadá del próximo 24 al 30 de julio, a pesar de los dolores de rodilla que le obligaron a cancelar el que tenía previsto realizar a principios de ese mismo mes a la República Democrática del Congo y Sudán del Sur por consejo de los médicos, confirmó el Vaticano.
La Santa Sede detalló este jueves el programa oficial de la visita a Canadá del pontífice, de 85 años, que ya había sido anunciada el 13 de mayo, aunque después habían surgido numerosas dudas sobre el viaje, en particular tras la cancelación por sorpresa de la gira africana.
Los problemas de rodilla, que le han llevado a usar una silla de ruedas y un bastón en sus últimos actos públicos, ya le había obligado a aplazar una visita al Líbano prevista para mediados de junio que, aunque no estaba anunciada oficialmente, habían adelantado las autoridades libanesas.
Al anunciar la cancelación del viaje a África el pasado día 10, el portavoz vaticano, Matteo Bruni, destacó que se estaba viendo mejoría en la evolución de los dolores de rodilla del papa, pero que, según los médicos, “un esfuerzo excesivo podría hacer que volviese a la situación anterior y no recuperar las ventajas logradas hasta ahora”.
Hace algunos días, durante la reunión con los obispos italianos, Francisco les confesó que no quería operarse y que continuará con las infiltraciones para curar su dolencia, según reveló el diario “Il Messagero”.
Según algunos medios, el papa Francisco no reaccionó bien a la anestesia cuando se operó el pasado julio del colon por lo que habría expresado su deseo de no volver a pasar por el quirófano.
Esta y otras circunstancias hicieron que se desencadenasen algunos rumores sobre una posible renuncia de Francisco al pontificado, pero que no han tenido fundamento.
Según el programa confirmado hoy, Francisco visitará las ciudades de Edmonton, Québec e Iqaluit, tras la invitación de las autoridades y las comunidades indígenas, que sufrieron abusos en los internados gestionados por la Iglesia católica durante los procesos de asimilación forzada en los siglos XIX y XX
El papa ya había adelantado su intención de visitar Canadá el pasado 1 de abril, después de recibir en la Santa Sede a las comunidades indígenas y pedirles perdón por el “reprobable comportamiento de los hombres de la Iglesia” en aquellos internados.
Los indígenas Inuit, Métis y Primeras Naciones acudieron al Vaticano con la intención de recibir la petición de perdón del papa y para invitarle a que lo hiciera también en sus territorios.
Por ello el papa se trasladará a Iqaluit, que se encuentra en la zona más septentrional de Canadá, en el denominado lejano norte canadiense, y que está considerado el territorio de los indígenas Inuit.
El año pasado se produjo el hallazgo de los restos de 215 niños, alumnos del Kamloops Indian Residential School, en la provincia de Columbia Británica, lo que hizo revivir la tragedia de los pueblos originarios canadienses y su petición de justicia.
Los gobiernos canadienses encomendaron desde finales del siglo XIX hasta 1997 a instituciones católicas, anglicanas y protestantes la educación de los niños indígenas, que eran apartados de sus asentamientos, incluso sin el consentimiento de sus padres, y en esos internados se les prohibía usar su nombre, su idioma y sus tradiciones.
Se calcula que entre 1890 y 1997 alrededor de 150 mil niños indígenas fueron internados a la fuerza en centenares de residencias escolares y que unos cuatro mil menores murieron por las condiciones insalubres en las que vivían.