Un grupo de ladrones perpetró el domingo uno de los robos más espectaculares en la historia del Museo del Louvre, llevandose al final ocho piezas de las joyas de la corona francesa desde la emblemática Galerie d’Apollon.

Este atraco, el más relevante desde la desaparición de la Mona Lisa en 1911, pone de relieve los riesgos que aún enfrentan los tesoros históricos del museo.

Entre los objetos sustraídos se encuentran:

  • Diadema de la reina María Amelia

  • Diadema de la reina Hortensia

  • Collar del conjunto de zafiros de ambas reinas

  • Pendiente del mismo conjunto

  • Collar de esmeraldas de la emperatriz María Luisa

  • Par de pendientes de esmeralda de María Luisa

  • Broche

  • Diadema de la emperatriz Eugenia

  • Broche de la emperatriz Eugenia

La corona de la emperatriz Eugenia fue la única pieza recuperada, aunque con daños, después de que aparentemente cayera durante el escape de los ladrones.

La Galerie d’Apollon, primera galería real de Francia, alberga estas joyas desde su reunión inicial por Francisco I en 1532, y ha sido testigo de la historia de la monarquía francesa. Entre los tesoros de la galería se incluyen diamantes históricos como el Regent, el Sancy y el Hortensia, y colecciones de esmeraldas y piedras preciosas que adornaron a emperatrices y reinas.

Tras la restauración de la galería en 2020, las joyas fueron reunidas en tres vitrinas modernas que permitían una visión completa de su historia.

Ahora, estas piezas valiosas y emblemáticas se encuentran en el centro de un robo que recuerda la fragilidad del patrimonio histórico frente a la audacia de los ladrones de arte.