De acuerdo con información de la Administración de Control de Drogas (DEA), los nitazenos aparecieron en la década de 1950.
Un grupo de químicos de la compañía suiza CIBA buscaba sintetizar un analgésico que fuera más potente que la morfina, pero que no generara dependencia.
Estas sustancias aparecieron en el radar de la DEA en 2019, pues notaron su presencia en combinación con otras drogas en el medio oeste y sur de Estados Unidos.
Una de las variaciones más comunes de estas sustancias es el isonitazeno, conocido como “ISO” o “Tony”.
En años recientes, en estados como Florida se ha visto un incremento en la presencia de los nitazenos en casos de sobredosis y decomisos de drogas.
Aunque no han tenido la misma distribución y alcance que el fentanilo, las restricciones y operativos que han iniciado los gobiernos de EEUU y México en contra de esta última sustancia podrían orillar a organizaciones a buscar otras alternativas del tráfico de drogas.