El presidente de Irán, Ebrahim Raisí, ordenó una investigación para aclarar la oleada de envenenamientos con gas en colegios femeninos del país, en medio de nuevos casos con cientos de jóvenes afectadas y del aumento del descontento popular.
En la reunión semanal del Gabinete, Raisí dio instrucciones al ministro de Interior, Ahmad Vahidí, y al Ministerio de Salud para que investiguen “con rapidez” las causas de los envenenamientos que se están produciendo en las escuelas femeninas en las últimas semanas.
Este mismo miércoles se han producido al menos 13 casos en las ciudades de Teherán, Ardebil, Parand y Kermanshah, que se suman a los al menos 30 envenenamientos registrados desde noviembre.
En la ciudad de Ardebil, en el noroeste del país, más de un centenar de estudiantes de ocho colegios e institutos fueron hospitalizadas tras sufrir irritación en los ojos, mareos y dolores de cabeza, informó el diario reformista Shargh.
Al igual que en casos anteriores, afirmaron haber percibido un olor similar a una mezcla de naranja podrida y productos de limpieza.
Las autoridades han anunciado que la mayoría de las niñas hospitalizadas hoy han sido dadas de alta.
Malestar de la población
El malestar entre los padres no para de aumentar ante la ineficacia de las autoridades, que no logran parar unos ataques que parecen destinados a paralizar la educación de las estudiantes.
Así, varias docenas de padres gritaron “Muerte al Gobierno asesino de niños” frente al colegio Yarjani de Teherán, que vivió un incidente de envenenamiento, de acuerdo con videos compartidos en redes sociales por el colectivo 1500tasvir.
En las puertas de otros colegios de Teherán, preocupados padres discutían con el personal de los centros, según videos de 1500tasvir.
Mientras tanto, las fuerzas de seguridad siguen sin encontrar pistas y dudan de si se trata de ataques deliberados o meros accidentes.
“Se están haciendo grandes esfuerzos para identificar el origen de los envenenamientos de estudiantes”, dijo el jefe de Policía del país persa, Ahmad Reza Radan, a medios iraníes.
“Nadie ha sido arrestado hasta ahora y preferimos no juzgar si se trata de una cuestión deliberada”, añadió.
La postura del jefe policial choca con la de otros altos cargos del país, como el viceministro de Educación, Younes Panahi, que afirmó que se trata de “ataques intencionados” para cerrar los colegios de niñas.
El primer caso de envenenamiento se registró a finales de noviembre en la ciudad santa de Qom, localidad que ha sufrido el mayor número de casos, y en las últimas semanas se han multiplicado en varias urbes del país.
La oleada de envenenamientos en escuelas de niñas se produce en un momento de gran tensión en Irán, que se ha visto sacudido en los últimos meses por las protestas por la muerte de la joven Mahsa Amini, tras ser detenida por no llevar bien puesto el velo islámico.
Estas protestas han tenido un fuerte componente feminista, con muchas iraníes quitándose los velos e incluso quemándolos.
Las protestas, sin embargo, han perdido fuerza de forma notable tras las ejecuciones de cuatro manifestantes y en las últimas semanas apenas hay movilizaciones en las calles de Irán.