Desde la madrugada del 12 de marzo, Estados Unidos comenzó a aplicar un arancel del 25 % a las importaciones de acero y aluminio, en cumplimiento de la orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump el pasado 10 de febrero.

Horas antes de la entrada en vigor de esta medida, Trump amenazó con incrementar al 50 % los aranceles para Canadá. Sin embargo, la advertencia fue retirada tras un acuerdo entre el primer ministro de Ontario, Doug Ford, y el secretario de Comercio de EE.UU., Howard Lutnick, para suspender un recargo del 25 % a la electricidad exportada a tres estados estadounidenses.

Además, el mandatario republicano tiene previsto implementar el 2 de abril una política de “aranceles recíprocos” dirigida a sus principales socios comerciales, entre ellos México y Canadá. Con esta estrategia, la administración de Trump busca equiparar los impuestos que otros países aplican a los productos estadounidenses.

Esta medida ha generado preocupación en el ámbito internacional, ya que podría derivar en represalias comerciales y afectar las relaciones económicas con varias naciones.