El dólar estadounidense ha experimentado una inusitada revalorización en las últimas semanas que ha provocado que varias monedas latinoamericanas se devalúen, con las inevitables consecuencias que eso conlleva para las arcas públicas y las economías domésticas de los países de la región.
Gran parte de los productos que componen la canasta familiar en América Latina son importados y pagados en dólares, así como recursos tan importantes como los hidrocarburos y materias primas.
Un mal pospandemia
“Después de una pandemia en la que se estimuló la economía viene un gran fenómeno que se llama inflación. Cuando los bancos centrales empiezan a subir las tasas de interés y empiezan a ver una posible recesión, hay que frenar el crecimiento”, explica el analista financiero Andrés Moreno.
“Hubo un crecimiento desbordado en el mundo, todo se recuperó más rápido de lo esperado. Al haber mejores tasas de interés y una posible recesión, los capitales internacionales son más adversos al riesgo y prefieren ir a economías más sólidas. Eso se traduce en que se devalúan las monedas de países emergentes”, agrega.
Otro factor importante en la depreciación de las monedas frente al dólar son las constantes subidas del tipo de interés por parte de la Reserva Federal estadounidense (Fed), la última el pasado 16 de junio al 1.50 por ciento.
El resistente peso mexicano
El peso mexicano cerró en 20.51 por dólar el 19 de julio, la misma cifra que el 31 diciembre de 2021, según los datos oficiales del Banco de México (Banxico).
Janneth Quiroz, economista en jefe del grupo Monex, recalca que en la primera mitad del año el peso mexicano mantuvo los niveles de finales de 2021 con una apreciación de 0.1 por ciento, al cerrar en 20.13 pesos por billete estadounidense el 30 de junio.