El Pentágono afirmó que Estados Unidos no ha cambiado su postura nuclear pese a la suspensión por parte de Rusia del último tratado de desarme que quedaba vigente entre ambos países.
La viceportavoz del Departamento de Defensa estadounidense, Sabrina Singh, calificó de “desafortunada” y de “irresponsable” la decisión de Moscú de suspender el tratado Nuevo START, también conocido como START III.
Aun así, aclaró que nada ha cambiado en la postura de Estados Unidos en lo que respecta al cumplimiento de las obligaciones establecidas en ese pacto.
“Cualquier poder nuclear tiene que comportarse de forma responsable y ciertamente nosotros nos tomamos en serio las obligaciones bajo el tratado Nuevo START, y como el secretario (de Defensa) ha dicho previamente, vamos a seguir vigilando esto y cumpliendo con nuestras obligaciones”, apuntó Singh.
La viceportavoz aseguró que Estados Unidos mantiene las líneas de comunicación abiertas con Rusia y puso como ejemplo el aviso que la Casa Blanca dio a Moscú de que el presidente estadounidense, Joe Biden, iba visitar Kiev el pasado fin de semana.
En paralelo, agregó, Rusia advirtió, a través de los mecanismos del Nuevo START, a Estados Unidos de que iba a realizar un test de un misil intercontinental durante el fin de semana.
Singh reiteró que Estados Unidos no está cerrado a comunicarse con Rusia, sino que, de hecho “da la bienvenida” a esas comunicaciones.
El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció la suspensión del cumplimiento por parte de su país del Nuevo START, aunque matizó que Rusia no abandona el pacto, sino que se limita a suspenderlo por culpa de Estados Unidos.
En declaraciones a la prensa en Varsovia, el mandatario de Estados Unidos, Joe Biden, consideró que Putin ha cometido un “gran error” al anunciar la suspensión de sus obligaciones con el START III o Nuevo START.
Firmado en 2010 por los entonces presidentes estadounidense y ruso, Barack Obama y Dmitri Medvédev, el Nuevo START limita el número de ojivas nucleares de largo alcance que cada país puede tener desplegadas a mil 550.
También restringe el número de vehículos y sistemas de lanzamiento que pueden tener desplegados o en reserva Washington y Moscú, pero su pieza fundamental es el régimen de verificación que el tratado establece para asegurar que se cumplen estos límites.
En concreto, tanto Estados Unidos como Rusia pueden llevar a cabo hasta 18 inspecciones al año de los arsenales nucleares del otro sin dar apenas tiempo al país receptor para prepararse: los técnicos dan aviso 32 horas antes de llegar y después eligen el lugar que quieren examinar, que debe ser respetado por las autoridades receptoras.
Hace un mes, Estados Unidos acusó a Rusia de estar incumpliendo el tratado al no permitir que técnicos estadounidenses realicen inspecciones en territorio ruso.