Gran Bretaña lloró el viernes la muerte del príncipe Felipe, el esposo de la reina Isabel II, desde el momento en que la BBC interrumpió su programación para transmitir el himno nacional, “God Save the Queen” (“Dios salve a la reina”).
Poco después del anuncio, la gente comenzó a hacer fila frente al Palacio de Buckingham para ver el aviso oficial del deceso que se había colocado en la reja. La bandera del palacio, la residencia de la reina en Londres, se bajó a media asta.
Los líderes mundiales expresaron su pesar.