Los comunistas rusos celebraron este lunes el 105 aniversario de la Revolución Bolchevique, una efeméride abiertamente silenciada por el Kremlin y que condujo a la creación del primer Estado comunista del mundo: la ya desaparecida Unión Soviética.
El líder del Partido Comunista de Rusia (PCR), Guennadi Ziugánov, presidió las tradicionales ofrendas florales en el mausoleo de Vladímir Lenin, el líder bolchevique, en la Plaza Roja de Moscú, junto a la muralla del Kremlin.
También depositó flores en la tumba del dictador soviético Iósif Stalin.
Los comunistas estuvieron acompañados por Serguéi Udaltsov, dirigente del Frente de Izquierdas y sus afines.
Los comunistas rusos suelen organizar actos conmemorativos de la Revolución Bolchevique cada año, aunque dicha fecha dejó de ser fiesta oficial en Rusia hace ahora catorce años.
Además, cada 7 de noviembre Moscú suele acoger una parada militar que recuerda el desfile en la plaza Roja celebrado en 1941, tras el cual los soldados marcharon directamente al frente para combatir a las tropas nazis, que se hallaban ya a las afueras de la ciudad.
Fiel a la propaganda del Kremlin, que justifica la intervención bélica con la lucha contra el “régimen nazi de Kiev”, pese a que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, es de origen judío y rusoparlante, Ziugánov repitió este argumentario.
“Estamos aquí defendiendo nuestra gran historia milenaria, nuestra historia victoriosa. Nosotros, como padres y abuelos, estamos logrando otra hazaña, aplastando a los nazis, fascistas, a (Stepán) Bandera”, dijo, en referencia al que durante la Segunda Guerra Mundial se alineó inicialmente con los alemanes para buscar la independencia de la Unión Soviética, aunque terminó en un campo de concentración nazi.
“Y hay que entender muy bien: no son un ruso y un ucraniano los que están luchando allí, estamos luchando contra nazis, bandidos, fascistas, estadounidenses, anglosajones, que odian todo lo ruso, soviético”, indicó.