El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, presentó un manifiesto en el que afirmó que Jesucristo es el “dueño” del país, una declaración que justificó citando interpretaciones de la Constitución y principios espirituales.

Durante el acto, el mandatario aseguró que el Espíritu Santo “protegerá” a la nación, mensaje que enmarcó dentro de la escalada de tensiones diplomáticas con Estados Unidos.

Maduro sostuvo que la fe del pueblo venezolano constituye un pilar para defender la soberanía y afrontar presiones externas.

El pronunciamiento generó reacciones diversas tanto entre seguidores del oficialismo como entre críticos, quienes cuestionaron el uso de referencias religiosas en discursos de Estado.

El gobierno venezolano no detalló si el manifiesto tendrá implicaciones políticas o jurídicas adicionales.