Alemania recordó los 80 años de la invasión nazi a la URSS con una ofrenda floral en el monumento conmemorativo soviético de Schönholzer Heide, en el norte de la capital alemana, donde yacen 13 mil oficiales y soldados del ejército rojo caídos en 1945 en la batalla de Berlín.

El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, depositó una corona de flores ante el monumento a la “Madre Patria” para honrar a las víctimas de la invasión nazi el 22 de junio de 1941 que dio comienzo a la denominada por los rusos Gran Guerra Patria y en la que perdieron la vida 27 millones de soviéticos, 14 millones de ellos civiles.

El monumento de Schönholzer Heide, que rinde homenaje asimismo a las víctimas entre los prisioneros de guerra soviéticos, es uno de los principales lugares conmemorativos soviéticos junto al de Treptow y Tiergarten.

En un discurso el viernes durante la inauguración de la exposición “Dimensiones de un crimen. Prisioneros de guerra soviéticos en la II Guerra Mundial” en el Museo Germano-Ruso Berlín-Karlhorst, donde el 8 de mayo de 1945 se firmó la capitulación de la Wehrmacht, Steinmeier calificó la guerra de la Alemania nazi contra la URSS de “barbarie asesina”.

Tras la invasión de Polonia en 1939, el 22 de junio de 1941 se desató “el odio y la violencia, la radicalización de una guerra hasta el delirio del exterminio total”.

“Nadie tuvo que lamentar en esta guerra más víctimas que los pueblos de la entonces Unión Soviética. Y aún así, estos millones no están tan profundamente grabados en nuestra memoria colectiva como lo exige su sufrimiento y nuestra responsabilidad”, dijo.

Agregó que “el recuerdo de este infierno, de la enemistad absoluta y la deshumanización del otro” es un deber para los alemanes y constituye una advertencia para el mundo.

Según Steinmeier, “sólo el que aprende a leer en el presente las huellas del pasado, podrá contribuir a un futuro que evite guerras, rechace dictaduras y posibilite una convivencia pacífica en libertad”.