¿Ya no más “Prueba el arcoíris” y declararán la guerra contra los Skittles? Un legislador local de California presentó una iniciativa que prohibiría en el estado la venta y fabricación de alimentos que contengan químicos peligrosos para la salud, en que destacan los dulces y los refrescos, buscando homologar a una medida similar aprobada en la Unión Europea.
El proyecto del legislador demócrata local Jesse Gabriel haría a California ser el primer estado en prohibir los Skittles o los Ding Dongs de Hostess, entre otros alimentos, a menos que cambien sus fórmulas para que sean menos nocivas para la salud, ya que sus químicos pueden representar riesgos como la disminución de la respuesta inmunitaria, la hiperactividad en los niños y el aumento del riesgo de cáncer.
“Me encantan los Skittles. Me encantan los Wild Berry Skittles. Los como todo el tiempo”, dijo el legislador Gabriel al diario Los Angeles Times. “Yo votaría en contra de un proyecto de ley para prohibir los Skittles. Lo que realmente estamos tratando de lograr que hagan es cambiar sus recetas. Todos estos son ingredientes no esenciales”.
Los legisladores de California que respaldan el proyecto de ley señalaron una serie de estudios científicos que mostraron vínculos entre los productos químicos, que incluyen el tinte rojo no. 3, dióxido de titanio, bromato de potasio, aceite vegetal bromado y propilparabeno, y problemas de salud. En un estudio citado por la oficina de Gabriel, se encontró que el dióxido de titanio, utilizado en Skittles como colorante, estaba asociado con una disminución de las respuestas inmunitarias en ratas.
Una demanda presentada el año pasado en California contra Mars, que fabrica los Skittles y los chocolates M&M’s y Milky Way, afirmó que los coloridos dulces “no eran aptos para el consumo humano” debido al dióxido de titanio. La sustancia está aprobada por la Adminstración de Alimentos y Medicamentos (FDA), pero establece que no puede representar en más del 1% del peso del alimento.
“Los californianos no deberían tener que preocuparse de que la comida que compran en el supermercado de su vecindario pueda estar llena de aditivos peligrosos o químicos tóxicos”, añadió Gabriel el mes pasado en un comunicado. “Este proyecto de ley corregirá una preocupante falta de supervisión federal y ayudará a proteger a nuestros niños, la salud pública y la seguridad de nuestro suministro de alimentos”.
Aunque la medida es respaldada por especialistas y es una norma vigente para varios alimentos en la Unión Europea, existen iterrogantes sobre la propuesta de la legisladora.
“Ciertamente algunos de [los productos químicos] son probablemente más peligrosos que algunos de los otros”, dijo Dana Hunnes, dietista clínica en el Centro Médico de la UCLA y profesora asistente en la Escuela de Salud Pública Fielding de la UCLA, que se muestra a favor del proyecto. “Sabemos que los parabenos, por ejemplo, son disruptores endocrinos (que afectan las hormonas). Sabemos que los tintes rojos son cancerígenos”.
Pero dijo que aún quedaban preguntas sobre si los resultados de las pruebas en animales como las ratas podrían extrapolarse a los humanos.
“Y eso plantea la pregunta de por qué molestarse en realizar pruebas en animales y mostrar que algunos de estos [químicos] causan cáncer en los animales si no vamos a relacionar eso de alguna manera con la salud humana […] En general, creo que cuantos menos aditivos haya en los alimentos y menos alimentos procesados comamos”, dijo, “mejor nos irá a todos”.