A una semana del terremoto que sacudió Turquía y Siria el número de muertos aumentó a más de 35 mil este lunes 13 de febrero y con pocas expectativas de encontrar a sobrevivientes entre los escombros, por lo que los esfuerzos se orientan a ayudar a los cientos de miles de familias que se quedaron sin hogar.

El balance confirmado de víctimas, hasta el momento, es de 35 mil 224 muertos, 31 mil 643 de ellos en Turquía y 3 mil 581 en Siria, lo que convierte a este terremoto en el quinto más mortífero desde el inicio del siglo XXI. Medios turcos siguen reportando que los rescatistas han logrado sacar supervivientes de los escombros de ciudades enteras que quedaron en ruinas.

La ONU denunció el fracaso del envío de ayuda para Siria, un país ya devastado por más de una década de guerra y en donde el registro de víctimas permanece estable desde hace días, por lo que el balance puede subir y con cada día que pasa disminuyen las posibilidades de encontrar supervivientes.

En la localidad turca de Kahramanmaras, cerca del epicentro, se instalaron 30 mil tiendas de campaña y hay 48 mil damnificados en escuelas y otras 11 mil 500 personas albergadas en centros deportivos.

En esta provincia hay cientos de equipos de rescatistas desplegados, pero en siete zonas de la provincia los socorristas terminaron sus labores.

Terremoto destruye lugares de culto

La ciudad turca de Antakya, una localidad milenaria, conocida como Antioquía en la Antigüedad, quedó arrasada y el terremoto derribó la mezquita más antigua del país.

“Este lugar tiene un significado muy importante para nosotros”, dijo suspirando Havva Pamukcu. “Era un lugar preciado para todos nosotros, turcos y musulmanes. La gente tenía la costumbre de venir aquí ante de hacer el peregrinaje a la Meca”.

A pocos metros, una iglesia ortodoxa fundada en el siglo XIV – y reconstruida en 1870 tras un anterior terremoto – perdió todos sus muros.

En la ciudad, los equipos de retirada de escombros comenzaron a trabajar y a instalar de baños de emergencia, y un reportero de la AFP dijo que volvió la señal de telefonía.

Antakya es patrullada por un nutrido contingente de policías y militares para evitar los saqueos que se produjeron durante el fin de semana.

El vicepresidente turco, Fuat Oktay, dijo el domingo que 108 mil edificios fueron dañados en toda la zona afectada por el sismo y que 1.2 millones de personas están siendo albergadas en habitaciones estudiantiles y 400 mil damnificados fueron evacuados de la región.

En Turquía crece la indignación por la mala calidad de los edificios y la respuesta gubernamental.

La situación es especialmente compleja en Siria, donde Bab al Hawa es el único punto por el que puede entrar ayuda internacional a zonas bajo control rebelde después de casi 12 años de guerra civil.

Los suministros son vitales para un país donde el sistema de salud y la infraestructura están en ruinas tras el conflicto que opone el gobierno de Bashar al Asad con varios grupos rebeldes que controlan parte del territorio.

Por el cruce de Bab al Hawa pasaron diez camiones de la ONU rumbo al noroeste de Siria, según un periodista de AFP.

El convoy está cargado con materiales como plásticos para confeccionar albergues de emergencia, cuerdas y mantas, pero también herramientas como desatornilladores y clavos.

El jefe de emergencias de la ONU, Martin Griffiths, afirmó que se requiere mucha más ayuda más para las millones de personas que están sin hogar.

“Hasta ahora le hemos fallado a la gente del noroeste de Siria. Se sienten abandonados. Buscan la ayuda internacional que no ha llegado”, indicó Griffiths en Twitter.