Apenas a principio de este mes, el Príncipe Harry regresó por segunda vez a Reino Unido en lo que va del año, esta vez para participar en la develación de la estatua en memoria de su madre, la Princesa Diana. Cumpliendo con los protocolos del gobierno británico, el Príncipe estuvo en aislamiento los días necesarios previo al gran evento y volvió a casa inmediatamente después, para reunirse con Meghan Markle, quien no ha viajado a Inglaterra desde aquel 7 de marzo del 2020, cuando los Sussex hicieron su última aparición pública como miembros senior de la Familia Real británica.

A pesar de que se ha especulado que la posición de la Duquesa no es la mejor en este momento, después de las declaraciones que la pareja dio en la entrevista que realizaron con Oprah, ahora han corrido rumores de que los Sussex podrían querer regresar a Gran Bretaña para darle a Lilibet un bautizo real como el de su hermano Archie, en el Castillo de Windsor.

De ser cierta, la decisión implicaría que Meghan volviera por primera vez a Reino Unido después de sus comentadas declaraciones, y representaría el reencuentro con los miembros de la Familia Real. También sería el primer viaje de Lilibet a la tierra natal de su padre, pues ha de recordarse que se trata de la primera bisnieta de la Reina Isabel que nació fuera de su territorio. La pequeña llegó al mundo en California, al igual que su madre, y al ser muy pequeña, no ha acompañado a su padre en su reciente viaje a Londres.

Las tradiciones de la familia

En julio del 2019, los Sussex bautizaron a Archie en la capilla privada del Castillo de Windsor. De seguir los pasos de su hermano, Lilibet podría cumplir con una de las tradiciones más arraigadas de la Familia Real británica, llevar el ropón réplica del que la Reina Victoria usó para bautizar a su hija mayor, Victoria.

La pieza original de 1841 se dejó usar en el 2004 -después de haber pasado por todos los bebés reales de la familia-, cuando ya estaba en una situación muy delicada y se decidió preservarlo. En ese entonces, Angela Kelly -quien se hace cargo de la vestimenta de la monarca- fue comisionada para hacer un ropón idéntico y la encomienda fue tal, que Kelly decidió usar bolsas de té para darle exactamente el mismo tono a la tela -un toque simpáticamente británico-.

El primero en usar la réplica fue James, Vizconde Severn, hijo de los Condes de Wessex, y desde entonces todos los que nacieron después de él en la familia lo han llevado. La última vez que se usó, fue precisamente por Archie, pero en los próximos días podría ver la luz en el sacramento del hijo de la Princesa Eugenia.

Ha de recordarse que una de las polémicas en las que se vieron envueltos los Sussex fue cuando la pareja decidió no dar a conocer la lista de padrinos del bautizo de Archie, una tradición de lo más común en todas las familias reales de Europa. De volver a Gran Bretaña para hacer el bautizo de Lilibet, las cosas podrían ser distintas pues ya no tienen la misma posición que ostentaban en ese entonces.

En aquel entonces, The Sunday Times reportó que entre los padrinos de Archie estuvieron, Tiggy Pettifer, la niñera del Príncipe William y el Príncipe Harry, y Mark Dyer, quien también fuera parte de la adolescencia de los chicos y que se volvió especialmente cercano del Príncipe Harry.

Ante las especulaciones, solo el tiempo dejará ver si Lilibet hace su primer viaje para su bautizo.