Son días muy importantes para el príncipe Guillermo y Kate Middleton, que se encuentran de gira en Escocia. Era el duque de Cambridge el que se adelantaba, comenzando su particular tour el pasado viernes. Han sido tres días en los que ha asistido a la Asamblea General de la Iglesia de Escocia, actuando como Lord Alto Comisionado.

Es decir, representando directamente a la reina Isabel y siendo designado por ella. Pero, además, la visita de los Cambridge al país tiene otra misión, y es frenar la ola nacionalista e independentista que ha cobrado fuerza en los últimos tiempos. No es tarea fácil, pero Guillermo y Kate, que se incorporaba este lunes, están poniendo todo de su parte.

De momento, su primer día ha sido bastante intenso, con diferentes citas en las que no ha faltado una broma del príncipe Guillermo a su mujer por su escaso talento musical. Tras su visita a un centro de personas sin hogar, que ha supuesto la primera aparición de los duques de Cambridge -o condes de Strathearn, su título escocés- en esta particular gira, se han desplazado hasta la SVRU, una unidad especial de la policía escocesa que trabaja para frenar las adicciones y la violencia callejera que pueden producir.

Allí ha sido donde han sacado su lado más espontáneo. Es habitual que Guillermo y Kate participen en todas las actividades que les proponen durante sus diferentes compromisos. Si hace unos días les veíamos jugando al ping-pong, practicando el tiro con arco o el fútbol, este lunes ha sido el turno para la música. Los monitores encargados de la actividad han invitado a Kate a que intentara componer una canción electrónica, ayudada por un teclado y algunos dispositivos propios de los DJ.

El problema es que el resultado ha estado muy lejos de lo esperado. Parecía que iba bien, marcando el ritmo, pero un movimiento de la mano ha hecho que los golpes de música se transformaran en un extraño ruido que ha provocado una sonora carcajada en el príncipe Guillermo, como se puede escuchar en el vídeo que ellos mismos han distribuido sobre su jornada a través de sus redes sociales. Y ha ido más allá, sin tener piedad con su mujer: “Apágalo, me está dañando los oídos”, ha dicho. Claro que la propia Kate Middleton ha sido consciente del escaso talento para ejercer de DJ que tiene o que, al menos, ha demostrado en ese momento, ya que ella misma se ha tapado ambas orejas para no escucharlo. Es más, a la hora de despedirse, ha pedido perdón: “Lo siento por la terrible canción que ha dejado. Borrala, borrala”.

Tras estas bromas, los duques de Cambridge han vuelto al palacio de Holyroodhouse, la residencia oficial de la reina Isabel II en Edimburgo. Un gesto más que demuestra la importancia que tiene la estancia de Guillermo y Kate en tierras escocesas, como sus representantes directos.

La pareja ha abierto las cocinas de este castillo para recibir a un pequeño grupo de personas pertenecientes a una comunidad sij, con las que han estado cocinando. También a ellas les han confesado una de sus grandes y conocidas diferencias culinarias. Y es que mientras Kate Middleton es una absoluta amante del curry, su marido se lleva muy mal con el picante, por lo que la duquesa de Cambridge no lo toma tanto como le gustaría.