Un actor que conquistó la televisión mexicana en los años 90 fue Flavio César, pues protagonizó dos de las telenovelas más exitosas de esa década: Agujetas de color de rosa (1994) y Confidente de secundaria (1996).
Aunque en su cumbre actoral Flavio decidió dejar la actuación y se volvió pastor, así lo reveló en una entrevista para el programa de radio Tempranito:
“Televisa era como el Hollywood de las telenovelas. O sea, una telenovela producida por Televisa era una telenovela que tenía exposición a nivel mundial”, dijo.
Carrera artística de Flavio César El artista originario de Monterrey recordó cómo comenzó su trayectoria artística: “Inicié en un concurso que se llama Juguemos a cantar, estuve en el tercer festival, donde estaba también Thalía cuando ella estaba empezando.
Lucerito era quien conducía el festival. Después me invitan a otro festival infantil, América, esta es tu canción. (…) Ahí está Luis Miguel, Pedro Fernández, Tatiana estuvo ahí, somos de esa generación”.
“Había otro festival que se llamó Valores juveniles, entro y de ahí sucede algo muy padre: Toño Berumen estaba buscando a alguien para el grupo Magneto, pero yo quería ser solista. Entonces vio a mi hermano Charly bailar y él entra al grupo Magneto, y ahí fue cuando los dos fuimos creciendo”, agregó.
Flavio señaló que en ese entonces llevaba “visualmente una vida de mucho éxito según los estándares del mundo: si tienes dinero, fama, una convocatoria que no solo te conocen en México”.
Asimismo, contó cómo llegó a incursionar en las telenovelas: “Después de Valores juveniles, Sony me firma, pega mucho En cada canción y Luis de Llano estaba buscando un actor para su proyecto, Agujetas de color de rosa. Me invitan y pega tanto la novela que la alargaron en tres ocasiones. Yo ya iba incluso a España a hacer recitales, el país donde más pegó”. Martín fue el personaje que interpretó Flavio en la telenovela, donde compartió créditos con Alberto Vázquez y Angélica María: “Era un elenco muy atractivo que abarcaba varias generaciones. Enrique Guzmán también estuvo en la telenovela”.
De las telenovelas a las iglesias
Sobre por qué decidió cambiar la ruta de su vida, dijo: “Cuando no tienes a Jesús en tu corazón y cuando las cosas que haces lo haces por tu propia gloria, como que tu vida no tiene sentido, nunca un aplauso va a ser suficiente. El artista tiene ese slogan de ‘Nosotros nos alimentamos del aplauso’, pero un aplauso nunca va a ser suficiente para llenar ese vacío cuando terminas un concierto y llegar a un cuarto de hotel donde estas completamente solo. (…) Ya cuando tienes un poco de poder y quieres llenar ese vacío, se vuelve una adicción el andarte metiendo con mujeres y eso te empieza a llenar más de un vacío”.
Y reveló que su única adicción durante su etapa artística fueron las mujeres: “Una adicción muy fea, fuerte, que lamentablemente ahorita se ve como algo normal, se exalta. En nuestra cultura latina mientras más mujeres, más hombre… no es cierto, estás atentando contra la imagen de la mujer y eso está mal”.
Luego, ex actor recordó a la persona que cambió su vida: “Había corrido a mi asistente personal y mi representante puso a otro asistente, y fue una persona que parecía un pastor. Llegó a mi oficina y lo primero que dije: ‘¿Este cuate con una biblia qué tiene?’. Aparte una persona que no decía malas palabras, muy integra, con mucha mansedumbre y mucha humildad. Y una de las cosas que me llamó mucho la atención era la paz que tenía; eso me causaba conflicto porque decía: ‘¿Cómo puede ser posible que este hombre que trabaja para mí tenga más paz que yo?’. He pensado que Dios me lo mandó”.
“Él cargaba todo el tiempo la biblia. Después fui a una iglesia después en Monterrey que se llama Castillo del Rey y cuando hicieron el llamado a recibir a Jesús dije: ‘De aquí soy’. Cuando Dios te llama a seguirlo… un compromiso implica renunciar. Sabía que el medio no me estaba ayudando a poder limpiar muchas cosas que había en mi corazón; hubiera sido incongruente recibir al señor y seguir haciendo escenas besando a otras mujeres”, agregó sobre su conversión.