La presencia de Tom Cruise y su nueva versión de Top Gun garantizaron el show en Cannes.

Los aviones de la Patrulla Acrobática de Francia tiñeron el cielo con los colores de la bandera francesa justo cuando la estrella de Hollywood y el equipo de Top Gun: Maverick llegaban a lo alto de la escalinata del Palacio de los Festivales.

Las acrobacias de los aviones de la fuerza área francesa, que sólo se despliegan en fiestas patrias como el 14 de julio, fueron un atractivo para el público que se arremolinó en las inmediaciones de la alfombra roja y en los edificios de la zona.

Además hubo elementos de seguridad y francotiradores para prevenir cualquier imprevisto, pero no fue ningún obstáculo para disfrutar del espectáculo aéreo.

Tom Cruise inició este show, muy de acuerdo a sus cintas, al llegar al lugar a bordo de un helicóptero, para hacerlo más espectacular.

“Hago películas para la gran pantalla. Puesp asegurar que mis películas no saldrán directamente en las plataformas de streaming. Para el público, ir al cine es compartir una experiencia, sea cual sea nuestra cultura o lengua”, explicó el intérprete de 59 años ante una sala repleta.

Cruise posó en la alfombra roja junto al elenco de Top Gun: Maverick, entre ellos Jennifer Connelly y Jon Hamm.

Justo antes de la proyección de la secuela de la famosa película de aviadores de los años 1980, el actor recibió una Palma de Oro honorífica, como un reconocimiento a su trayectoria.

Una multitud de estrellas no quiso perderse uno de los estrenos más esperados del certamen.

Eva Longoria, Elle Fanning o Viola Davis fueron algunas de las actrices de Hollywood que estuvieron en la alfombra roja. Incluso la modelo brasileña Adriana Lima, mostrando su avanzado embarazo, estuvo presente.

PROTESTA A LA GUERRA

Por otro lado, el cineasta ruso Kirill Serebrennikov proclamó un “¡no a la guerra!” en la presentación de La mujer de Chaikovski, el director ruso Serebrennikov, crítico con su gobierno, había lanzado su promulgación contra el conflicto bélico al termino de la proyección de su filme que aborda sin tapujos la homosexualidad del compositor ruso Piotr Chaikovski.

“Estoy totalmente convencido de que la cultura y la gente de la cultura pueden conseguir que esta guerra cese” en Ucrania, dijo el director de 52 años con gorra negra y gafas de sol, entre los aplausos de un auditorio lleno.

“La guerra llegará a su fin, y entonces será el momento de la paz”, añadió el cineasta, de madre ucraniana.

La presencia de Serebrennikov, conocido por sus posiciones en favor de la comunidad LGTB+, era una de las más esperadas, después de que en las dos últimas ocasiones que compitió en el certamen, el año pasado con La fiebre de Petrov y en 2018 con Leto, no pudo viajar a Cannes por estar condenado por desvío de fondos, en un caso denunciado como una maniobra política por sus defensores.

Desde el inicio de la ofensiva rusa, a finales de febrero, los organizadores del certamen ya se posicionaron y anunciaron que no recibirían a delegaciones oficiales.

El festival también ha decidido programar a varios directores ucranianos, como Sergei Loznitsa y Maksim Nakonechnyi.