A 17 años del estreno de la tercera temporada de Big Brother VIP, Erika Zaba se animó a contar su experiencia en el reality, destapando detalles desde si le pagaban hasta de lo que se arrepiente ahora.

Fue a través de su canal de Youtube que la integrante de OV7 comenzó contando cómo fue que llegó la invitación del productor Pedro Torres y qué fue lo primero que pasó por su mente cuando le propusieron entrar a la casa más famosa de México.

“En el 2004 estuve en Big Brother VIP, que la verdad, el reality fue un fenómeno aquí en México (…) Éramos 18 integrantes viviendo en una misma casa, todos artistas. Acabó el grupo (OV7) y me llamó el productor del programa (…) y me dijo ‘queremos que entres al reality show’. Todo el mundo mataba por entrar y yo decía ‘soy cero lo que necesita ver la gente’, entonces quería entender por qué me estaban invitando”, contó.

De acuerdo con la intérprete de ‘Desintoxicada’ y ‘Vuela más Alto’, la intención de que la gente y su público la conocieran como el ser humano que es fue que decidió aceptar la oferta del productor, señalando que tanto su familia, como su entonces novio, la apoyaron en su decisión.

“Me dijeron ‘vienes de un grupo muy famoso, eres artista del pop en México y queremos que te conozcan, que sepan cómo eres en la vida real, qué sepan cómo es una estrella pop en su vida… entonces, empezaron a convencerme. Lo consulté con mi almohada, con mi familia y con mi pareja, porque en ese entonces tenía novio (…) Y es que la verdad podía resultar algo muy malo de ahí (…) Yo era la güerita de OV7, mucha gente, yo creo, no sabía cómo me llamaba y eso me ayudó mucho, así que decidí aceptar”, narró. La mamá de Emiliano también destapó que por entrar a la casa de Big Brother VIP sí recibió una remuneración económica, la cual terminó en cuanto fue expulsada del reality. “La pregunta que me hacían mis amigos era ‘oye, ¿y te pagan?’.

Y pues sí, me pagaban diario, esa fue una cosa que yo acordé desde antes de entrar a Big Brother. Yo creo que cada quien negociaba y cada quien tenía su propio contrato que era bastante confidencial (…) Diario te pagaban una cantidad y el día que te expulsaban tan tan, se te acababa tu pago. ’¿Pero cuánto te pagaban diario?’ No me acuerdo (…), les juro que no recuerdo, pero por ahí debo tener el contrato y verán que se los voy a enseñar”, prometió.