Nacer a la vida riendo con ella, dándole gracias a Dios por la dicha que me hizo feliz, reír e ir caminando repartiendo alegría, que para mí no era un decir; hasta encontrar la amargura, que desplazó la dulzura, para intentar  hacerme infeliz. Conservar la cordura para seguir caminando, hasta encontrar el humor que me fue arrebatado sin causa aparente, y volver a reír para vivir sanamente.

EXTRAVIADO

Lo extraño, para qué seguir, y negarlo,

su presencia, me hacía más que feliz,

que el volver al pasado y recordarlo,

entristece mi alma y me hace infeliz.

Sí, el sólo hecho de volver a pensarlo,

me regresa al estado de un aprendiz,

que ansioso desea volver a encontrarlo,

saliendo del claustro llamado matriz.

Que, ¿por qué lo perdí? fue sin desearlo,

me bastó un regaño para cortar de raíz

la energía que a mi ser solía animarlo,

y nutría el motivo de mi fuerza motriz.

Hoy, un tanto perdido voy a meditarlo,

imploraré al cielo me marque la directriz,

para encontrar el camino y recuperarlo,

porque el humor, amigos me hacía feliz.

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