Qué afortunado soy por el amor que tengo, bendecido por Dios, sin duda he sido, al encontrar en ti lo que más quería, para vivir en paz conmigo mismo. Qué afortunado soy, y además bien correspondido, que dejar de amarte no he podido, porque el que más sabe dar amor nos ha elegido, para estar unidos, tú para mí, al aceptarme como tuyo y yo para estar contigo y siempre amarte.
AMARTE A TI
Amarte a ti, ha traído la paz a mi desvelo,
desvelo, que por ti sufría al no saberte mía;
por amarte a ti, conocí la ansiedad y el celo,
y le perdí el miedo a lo que más yo le temía.
Amarte a ti, llevó a mi vida el buen consuelo
y el descanso a mi cuerpo que no dormía,
al verte alto y yo sin alas para alzar el vuelo
y liberarme del sentimiento que me oprimía.
Amarte a ti, y en un primer beso alcanzar el cielo
y tomar de tus labios el deseo que me consumía
para derretir mi anatomía convertida en hielo,
hasta cambiar por el calor fuego nuestra fisonomía.
Amarte a ti, me devuelve la esperanza y el anhelo,
de seguir enamorado mientras la vida me sonría,
agradeciendo a Dios su voluntad de retirar el velo,
para poder ver en ti el verdadero amor que me daría.
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