Búscame en tu corazón
Buscaré entre las muchas cosas que he mandado al cajón de lo muy vivido, aquellas, que por considerar que habían dejado de tener sentido, deberían reposar en la obscura soledad de lo perdido; mas estén seguros, que volverán a mí, hasta que la luz que les dio su brillo, las vuelva a iluminar; porque el valor que tenían cuando mucho las consentí y las presumí, de ninguna manera se ha extinguido, aunque algunos piensen, que ya no será lo mismo; por eso yo les digo, que si así fuera, su destino hubiera sido el de ir a parar a la tierra del olvido.
Cuando igual me encuentre yo perdido, porque mi luz pareciera haberse ya extinguido, espero que aquellos que confiaron en mí, me busquen entre aquello que a su vida hizo feliz, porque la fuente de mi luz, proviene del amor que yo les di, y nunca se apagarán, porque Dios lo quiere así.
Búscame,, Señor, cuando me encuentre yo perdido, ilumina con tu amor la oscuridad de mi camino, búscame en el infinito de tus cosas, porque siendo tan pequeño entre los grandes que has amado, siento que habiéndome tocado con tu luz, mi espíritu por siempre se ha iluminado, y de gozo brillará cuando se encuentre confundido, por la falta de fe en el amor, de aquellos que me tienen en olvido.
Mas, si toda esa oscuridad de la que hablo, sólo estuviera en mi conciencia, ilumíname Señor, y ten paciencia, por lo mucho que en la vida yo te he amado; ilumíname, mi Dios, porque de tu amor soy la consecuencia, y así como tú jamás me has abandonado, jamás abandonaré a nadie que haya yo considerado fruto de la doctrina de tu iglesia.
Búscame en tu corazón, porque ahí, Señor, sembraste la semilla del amor, que a mi vida siempre ha iluminado.

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