No olvidemos que todos los días son días del Señor, cuando sintamos que algo en nuestra vida se está apagando, iluminemos nuestros pensamientos con el amor que Dios nos está obsequiando, para renovar la esperanza de la fe que nos está faltando.

LA PALABRA
Escucha atento cómo fluye mi palabra,
mira cómo mi cuerpo sigue hablando,
siente cómo mi paz termina la zozobra
ve cómo mi espíritu te está abrazando.

Soy el humilde constructor de la gran obra,
que triste abandonas por estar pensando,
que no tienes el valor que a otros le sobra,
por no amarte como otros se están amando.

Mira cómo la luz de tu saber ya no te alumbra,
porque te has dejado de querer, deseando
que se aleje el mal amor que te hace sombra,
para librarte del dolor que te está matando.

Ámame, deja que tu bello corazón se abra,
espérame, que a tu vida ya estoy llegando,
escucha cómo fluye la verdad de mi palabra,
siente la alegría que a tu alma está llegando.

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