La verdad se encuentra aquí.

¿Qué tengo hoy para ti? Tengo una serie de dichos y supuestos disparates, salidos por cierto de la nada, de una mente cansada, agotada por pretender mantenerse en la jugada para que se me conceda liberarme del peso de una celada que me tendió el destino; por eso pido, que en una mirada sin juicios, sin envidia, sin egoísmo o falso orgullo, se me vea como hombre de provecho y de bien, para sí mismo y para los demás.

Y espero, no te pongas muy exigente y le encuentres el gusto al citado referente, no vaya ser que de repente, encuentres en ello la razón de tanto barullo, que se da por cierto, ante el silencio tuyo y de la gente que prefiere desviar la mirada, cuando me encuentra al paso, cuando debió verme de frente.

Mucho ha pasado ya del tiempo de la juventud vigorosa, sí, pero silente, que igual, se vivía con miedo, porque has de saber, que en el mundo siempre han existido aquellos con tan malos antecedentes, que buscan intimidar al inocente, para sacar provecho a su desvelo, al cortar sus alas y con ello el vuelo para surcar los cielos.

Po cierto, no todo enfría los anhelos de despertar del sueño, cuando la pesadilla del mal no te deja conciliar lo vivido, por lo que aún te toca vivir; mis manos aún son cálidas al tacto, y de ellas emana la energía sanadora que un día curó tantas heridas, ayer, cuando todo era agradable, cuando una suave caricia era más que deseable, necesaria, para calmar la necesidad más sentida de los seres que se sentían miserables.

Mis manos ven ahora por mí, pues todo lo que toqué en su momento, se quedó como recuerdo para ti, porque sabían que el engaño de la mente podría ser tal, que quisiera borrar todo lo que podría dar a tu cuerpo la capacidad de descansar en un sueño reparador, sin sentir el dolor que suele causar el vivir una realidad, que igual, te quiere castigar con ese sentimiento, de no poder demostrar, aquello de lo que eres capaz de hacer.

Si tiene tus ojos una mirada para mí, no veas los despojos de la buena imagen que un día fui, es cierto, siempre me consideraste frágil, pero no quisiste ver que así debería de ser, para poder demostrar que el verdadero poder no tiene nada que ver con la masa muscular, sino con el amor que emana de un corazón que te vino a salvar de la maldad que hay en tu ser.

La verdad se encuentra aquí, en la sencillez de la dificultad de no poder entender algo tan esencial, porque siempre te has empeñado en buscar aquello que pueda hacerte sentir superior a los demás, no se te olvide que has venido a servir y no a servirte.

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