DEL DESCONSUELO AL GOZO
¿Qué hago aquà sentado, sintiendo como se prolonga el frÃo de la madrugada?
¿Qué hago viendo por la ventana como los rayos del sol se pierden en la nada?
¿Qué hago aquÃ, lamentando como pasa el tiempo sin hacer nada, dejándome abrumar por la desesperanza, al experimentar esta pesadilla?
Señor, tú me pides que despierte y viva, y haga de mi vida lo que tú siempre quisiste para mÃ.
Señor, tú me has dicho que camine y siga, que vuelva a reÃr como antes lo hacÃa, que me levante y deje en paz la tristeza y la animosidad perdida.
Señor, tú siempre has querido lo mejor para mÃ, y yo empeñado estaba a seguir con la mirada perdida como si no tuviera nada más por que vivir.
¿Qué hago aquà sentado, cuando mi Creador me envÃa el calor del sol para calentar mi cuerpo y su luz que todo lo ilumina?
¿Qué hago viendo por la ventana, cuando la puerta a la vida ha estado siempre abierta, esperando que salga con gozo, a mostrar mi gratitud a Dios todopoderoso?
¿Qué hago aquà avergonzándome de mi debilidad y mi falta de fe, por no reconocer que tú eres, Jesús, el único que me da de beber el agua viva?
Señor, tu amor me ha hecho trascender del desconsuelo al gozo.
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