Qué corta es la distancia entre el enojo y el contento; que corto suele ser el arrepentimiento, cuando comentemos una falta no deseada y resulta ser más grande el egoísmo que el amor que nos tenemos y exhibimos.
Y es que el amor es como el viento, en ocasiones nos llega lento… en ocasiones se queda para siempre muy dentro, otras veces se va de prisa, no importa los años que te tomes en saber lo que es el amor; en ocasiones te confundes al ver la luz que produce una pequeña chispa, otras veces, podrías confundirte con el enorme resplandor de un incendio del que quisieras salir a toda prisa.
¿Qué cosa es el amor? Yo tenía prisa por conocerlo, porque pensé que era la solución, para quitar el dolor que te borra de golpe la sonrisa, al saberte poseedor del gran don que es la vida. Qué te ha hecho a ti la constante cerrazón para ver la claridad del día, por qué empeñarse en atraer oscuridad a tu vida, por qué tu corazón late tan de prisa al primer asomo del dolor; por qué te ciega la ira momentánea que te causa una palabra mal entendida, una acción mal interpretada, al dejarle a la razón lo que debe decidir el corazón; no te pido me concedas el perdón, porque ese sólo se puede obtener cuando el amor es más grande que el dolor que causan las heridas.
Si quieres saber cuál es el camino y la verdad, pregúntale a Jesús el divino salvador, él te podrá decir lo que es el amor, para que pueda cambiar la apreciación de lo mucho que vale tu vida, y más el espíritu que te anima y que constantemente te invita a ser mejor.

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