Ciertamente, la muerte anduvo de parranda en brechas, calles y autopistas de Reynosa y Nuevo Laredo estas últimas semanas. La capital misma está viviendo hoy día una inocultable escalada de ajusticiamientos entre grupos delincuenciales.

Al escribir estas líneas repaso un reporte publicado este martes en EXPANSIÓN, cuyo encabezado dibuja el panorama: “Familias rotas y morgues llenas: el saldo de las desapariciones en Tamaulipas.”

Revista económica, efectivamente, que por necesidad de su audiencia está dando cabida a información policial, ajena al propósito original de ese medio.

Aunque la nota roja no solo irrumpe en espacios financieros. El olor a pólvora cubre todo el espectro. Igual hace presencia en publicaciones deportivas, culturales, showbiz, ciencia y salud.

Pero de ello a que nos carguen la cuenta completa, hay una gran diferencia que vale la pena salvar. Lo suficientemente alto resulta el índice de hechos delictivos en la entidad como para que (encima) quieran pasarle factura por casos que vienen del vecindario próximo.

Tengo rato dejando constancia en esta columna de esa infausta costumbre observada entre autoridades y medios regiomontanos cuando culpan a Tamaulipas de sucesos violentos verificados en territorio neoleonés.

Un asalto puede ocurrir a la salida de la capital reinera, pero la nota dirá al día siguiente que fue en la carretera a Ciudad Victoria.

Víctimas y verdugos de un hecho sangriento podrán ser oriundos de Nuevo León, aunque el noticiero puntualizará que alguno de ellos manejaba un auto con placas tamaulipecas. O que el felón asesino tiene una tía que vive en Ciudad Mier.

Por todo ello no es extrañó que el gobernador golondrino (perdón, interino) de allá mismo, MANUEL GONZÁLEZ FLORES haya echado su gato a retozar al emitir su exhorto vacacional recomendando a la ciudadanía “no viajar a los Estados Unidos por Reynosa”.

Para enredarse luego en un extraño argumento donde elogió primero su relación con el gobierno de Tamaulipas (“una coordinación precisa y muy buena con las autoridades”) y hacer después un deslinde poco creíble (“pero dentro del estado de Nuevo León, nosotros no tenemos ese tipo de incidentes”).

Y bueno, entre los sobresaltos de la semana, destaca el caso de un cantautor grupero que fue asaltado cuando se dirigía con hijos y esposa al cruce fronterizo por el puente de Pharr, con destino final a Isla del Padre. Siendo territorio tamaulipeco, la responsabilidad es local.

Por fortuna, supo reaccionar a tiempo y logró ponerse a salvo con dos heridas de bala que no representan peligro. Lo mejor, el haber salvado a su familia.

De este episodio se desprende la declaración del mandatario provisional arriba mencionado, suplente fugaz, temporal, breve, efímero, transitorio, del “Bronco”, JAIME RODRÍGUEZ.

Aunque la verdadera noticia fue la respuesta que el tamaulipeco CABEZA DE VACA dio a su colega y vecino.

En charla con reporteros y en plena gira por su natal Reynosa, junto a la sonrisa atribulada de la alcaldesa MAKI ORTIZ, el mandatario se refirió a GONZÁLEZ FLORES como “el interino”, aclarando que “si mal no recuerdo, por ese señor no votó nadie.”

Para asestar la estocada: “la alerta debe empezar allá, con lo que pasó en Valle Oriente y con los problemas que pasaron algunos restaurantes. Nosotros nos encargamos de nuestro estado y que él se encargue del de él.”

Allá también pasan cosas, pues. El viernes pasado, un intento de secuestro (con balacera incluida) sacudió al centro comercial Valle Oriente en San Pedro Garza García.

Días después, un hombre fue ejecutado en el restaurante “El Rey del Cabrito”, negocio ubicado en la esquina de Zuazua y Doctor Coss, a unos cuantos pasos de presidencia municipal y la catedral regia.

La coordinación interestatal es tema urgente, ineludible.

 

BUZÓN: lopezarriaga21@gmail.com

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