Generalmente sucede en cada cambio de estación.
Los que vivimos gracias a intervenciones médicas oportunas -y no tanto-, que padecemos las largas filas del laboratorio de la clínica de La Loma, los que llegamos a consulta y para sacar una cita tenemos que esperar meses, entendemos que urge, hace falta ya un nuevo IMSS en Victoria.
Tenemos que darnos cuenta de que Ciudad Victoria ha crecido, y el Hospital General de Znna No. 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social ha sido re asado hace ya alagunos años por la densidad de población que somos, y que no tiene la capacidad para atender diligentemente a todos.
Esta es una realidad, no hay que voltear a otras partes.
También es un hecho el que la gente piensa que todo es corrupción. No podemos dejar de lado este término, pero no podemos acusar a millones de empleados de las distintas áreas del gobierno de que todos son corruptos.
Hace unos días sorprendió una recepcionista en la clínica del IMSS por la sonrisa tan franca que regalaba a cada uno de los que fuimos en busca de una cita.
Pero con eso no basta. La verdad es que somos demasiados derechohabientes en la ciudad y sus alrededores, y todos queremos -y merecemos- una atención expedita, sin embargo, tenemos que ser realistas: los consultorios atienden a un paciente por vez: no se puede amontonar la gente dentro con el médico. No es conferencia.
Materialmente no se puede acceder a más espacios, salvo la inexplicable explanada que ahora han cerrado para personas con discapacidad y que propicia que lleguemos como Dios nos da a entender, sin silla de ruedas o alguien que pueda ayudar al paciente que, por lo general, constituye parte de esa población en la última etapa de su vida.
Hay ventanillas donde se llevan a cabo infinidad de trámites, de hospitalización, traslado, subrogación de servicios y muchos otros más.
Escuchamos al presidente de México hablar de un “elefante reumático” que hay que poner de pie, pero curiosamente, tenemos un año ya casi, y el elefante nada que se para, porque apenas se ven cambios en el IMSS respecto a su operación.
Para combatir la corrupción que tanto le aqueja a quien dio cabida a muchos similares en su gabinete, se instrumentan medidas administrativas, de forma tal que el medicamento tiene mayor control, y los insumos que requiere tanto la clínica de La Loma como la de “San Luisito” estén siempre a tiempo, y que no tengamos problemas para encontrar un servicio al menos competente.
No aspiramos a que López Obrador deje al IMSS como los servicios médicos de Finlandia o Suecia, como presumió -y engañó- a los votantes: no podemos estar esperanzados en. Cosas que no pueden existir, no en una nación con más de 120 millones de habitantes.
Pero sí es justo que se haga un buen análisis y se dote al IMSS de lo necesario para garantizar atención médica al México de todos los días, y que se instrumenten algunos programas que permita a la gente mayor no tener que soportar esas filas de horas. Es inhumano.
Y aunque muchos no quieran verlo, tenemos un buen Instituto, producto de gobiernos anteriores -neoliberales, dice él-, y que sigue siendo perfectible, y así será siempre, pero no podemos negar lo que hay y quien lo. Hizo, que, finalmente, para eso los votamos, no para que les dieran un premio.
Es tiemño de valorar lo que tiene y nos da el IMSS, y de reconocer el gran esfuerzo que ello implica, para querer lo que hay y cuidarlo, porque en un arranque mañanero nos dejan sin servicio médico a millones, y entonces si iríamos a saber qué es una crisis sanitaria, una crisis en una población que con trabajos tiene para comprar una caja de aspirinas o un jarabe para la tos.

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