Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Dice un viejo refrán acerca de los bienes que llegamos a poseer como individuos, y que nadie, absolutamente nadie sabemos apreciar, hasta el momento en que lo perdemos.

 

La libertad, por ejemplo, no se valora hasta que uno la pierde, o un miembro del organismo no se tiene la certeza de cuán valioso es hasta el momento en que queda inutilizado o amputado. En ese sentido percibimos uno de los más grandes regalos que hace el DIF Tamaulipas a muchas personas, y lo certificamos por experiencia propia. El ser humano cuenta con cinco sentidos: la vista, el olfato, el tacto, el gusto y el oído. Créame, el más importante es el de la vista.

 

Hemos sido testigos de la pérdida de la visión casi total por padecer cataratas en ambos ojos, y la sensación de cuando uno deja de ver las cosas es un punto menos que equiparable a cualquier tormento que pudiera existir. Visualizar todo borroso, perder la noción de la distancia y más va acompañado con esta sensación: quienes hemos padecido este problema sabemos lo terrible que implica vivir manejando distancias con un brazo para no chocar, o suavizar los movimientos para no tirar nada de la mesa o los muebles.

 

Nos cambia totalmente la vida, pero insistimos: nadie puede percibir la gravedad del asunto hasta que no lo vive en carne propia. Por esa razón, somos los primeros en aplaudir, reconocer y transmitir los sentimientos positivos a la campaña que hace el DIF Tamaulipas, con la colaboración del Instituto de la Visión y el Hospital “La Carlota”, famoso por el prestigio con que se manejan sus egresados y por la calidad de la atención: científica, social y humana. No podemos manifestar más alegría a nombre de 344 personas que han recuperado la visión gracias a la campaña que lleva a cabo el DIF y La Carlota.

 

Son 344 personas que volverán a ver y a tener una razón para vivir. El sistema que preside Mariana Gómez de García Cabeza de Vaca ha ofrecido a través de los especialistas de La Carlota 199 cirugías y tratamientos visuales para igual número de personas que, seguros estamos, nunca olvidarán el beneficio de una acción como la presente. Una despensa sirve, y mucho, una gestión, un acta de nacimiento, una asesoría… pero, ver de nuevo,… simplemente no tiene precio.

 

El mes de agosto se llevará a cabo tal acción, donde estas personas han sido seleccionadas en los sistemas DIF municipales, por sus condiciones clínicas, físicas y económicas. Quienes hemos padecido estas cosas sabemos de la importancia de la acción. Volver a ver, no hay forma de equipararlo con premio alguno o gestión oficial, privada, social o caritativa. Las cirugías que se llevarán a cabo les permitirán a estas personas contar con un lente intraocular que permitirá suplir el cristalino y volver a ver.

 

No hay dimensión equiparable a volver a visualizar un amanecer, una puesta de sol, un hijo, un padre o una mascota… nada vale más que volver a recuperar el que para nosotros sigue siendo el sentido más importante. Cuando nos diagnosticaron cataratas en ambos ojos y dejamos de ver las cosas, supimos lo que era realmente sentirse mal: un fotógrafo de toda la vida sin poder ver… nada agradable, en serio.

 

Pero la ciencia y los grandes médicos siempre están ahí, y pudimos recuperar una parte que nos permite seguir viviendo como personas casi con toda la normalidad. Otros nunca podrán ver… Y los que serán objeto de esta acción nunca olvidarán a la autoridad del DIF que hace posible uno de los más grandes milagros, favores, bendiciones… …O como guste llamarle al acto de volver a ver.