Analice la cifra de gasto público que se destinó los últimos 10 años a aspectos de seguridad y justicia en México respecto de los homicidios violentos registrados. El gasto para seguridad y justicia fue 139 mil millones de pesos en 2006 y 277 mil millones de pesos en 2016. La Encuesta Nacional de Seguridad Pública (ENSU) realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), señala que 75% de la población mayor de edad considera que vivir en su ciudad es inseguro, es el porcentaje más alto del que se tiene registro desde 2013 que se empezó a realizar este estudio.
Fracaso total es el resultado que arroja la estrategia de represión y uso de fuerzas armadas contra grupos delincuenciales, dejando de lado educación y desarrollo económico y social para combatirlo, por el Estado Mexicano. Al aumento de la violencia el gobierno respondió con Policía Militar. De 2016 a la fecha su actuar en labor de seguridad aumentó 88%, pero sociedad civil y organizaciones señalan falta de avance. La ENSU brindó, por primera vez, estimadores representativos para 54 ciudades.
La tasa de homicidio en México (por cien mil habitantes) muestra 8 en 2007; 23 en 2012; 17 en 2016. En Tamaulipas la tasa es, 8, 10, 28, 32, 46, 25, 26, 19, similar en su crecimiento y decremento a la tasa nacional. Asimismo el número de homicidios registrados, 266, 315, 935, 1,077, 1,561, 880, 913, 659. Los números muestran que con Peña Nieto los homicidios violentos van en descenso, aunque aún están muy por arriba de 2007.
Las mujeres son las que se perciben más acosadas por la inseguridad. El 80% dijo sentirse insegura; 69% de los hombres se consideró igual. Las ciudades donde se sienten más inseguros son Villahermosa, 97%; Ecatepec (México), 95%; Chilpancingo, 94%; Reynosa y Coatzacoalcos, 90%. Las ciudades con menor percepción de inseguridad son Puerto Vallarta, Mérida y Piedras Negras. Los lugares más inseguros son: cajero automático en vía pública: 81%; Transporte público: 74%; Banco: 68%; Calles 66% y Mercado: 60%.
De acuerdo a los resultados del decimosexto levantamiento de la ENSU, la población considera que en los próximos meses la situación de la delincuencia en su ciudad seguirá igual de mal o empeorará. De ahí que la población modificó sus hábitos respecto de llevar cosas de valor joyas, dinero o tarjetas de crédito, por temor a sufrir algún delito; cambiaron hábitos respecto a permitir a sus hijos menores salir de su vivienda. El 50% cambió rutinas en cuanto a caminar por los alrededores de su hogar, pasadas las ocho de la noche, 34% cambió rutinas relacionadas con visitar parientes o amigos.
Sin embargo los recursos que se dice se destinaron a combatir la inseguridad pública se incrementan. De 2006 a 2016, se erogó 242 mil millones de pesos en implementación de operativos de la Policía Federal.
El informe Panorama del Gasto Federal en Seguridad 2006-2016, del Senado, destaca que el gasto más alto en ese periodo fue el de la Secretaría de Seguridad Pública el cual se multiplicó 4.3 veces. A partir de 2013 se incorporó a la estructura de la Secretaría de Gobernación, y su gasto combinado superó al de la Secretaría de la Defensa Nacional a partir de 2014.
Las erogaciones conjuntas de SSP y Gobernación aumentaron 3.6 veces entre 2006 y 2016, pasando de 23 mil millones de pesos a más de 83 mil millones.
En el mismo lapso, la Secretaría de Marina y la Secretaría de la Defensa Nacional duplicaron sus gastos. La primera pasó de 15 mil millones de pesos en 2006 a 32 mil millones en 2016. El gasto de Sedena aumentó de 41 mil millones de pesos en 2006 a 76 mil millones en 2011, para mantenerlo constante (74 mil millones de pesos en 2016) En tanto, el poder federal aumentó su gasto en 62% durante el periodo 2006-2016.
El mayor aumento de los subprogramas se aplicó a Reclusión y Readaptación Social. En 2006 este gasto fue de 3 mil millones de pesos, en 2016 de 28 mil millones.
El gasto de reclusión creció 8.8 veces en términos reales en ese periodo, pero la situación de los penales muestra saturación por reos, cotidianos enfrentamientos con armas de fuego entre reos y contra los custodios; fugas, en suma, el poder en los penales es de los reos, por sobre la autoridad y a pesar del enorme presupuesto que se dice se gasta en reclusión en el país.