¿Es bueno o es malo?

La duda surge de la iniciativa que la fracción de MORENA impulsa en el Congreso de la Unión en el tema de redes sociales para, entre otras regulaciones, tratar de eliminar o por lo menos bajarle el volumen a lo que en el argot de ese segmento de la comunicación masiva llamanfake news”. Noticias falsas, para decirlo en nuestro idioma.

En la forma es difícil cuestionar las bondades de esa medida. Resultaría aberrante oponerse a que en internet se manejen abiertas mentiras, sin recato y casi en total impunidad. Y digo casi, porque sí hay manera de intentar rebatirlas, pero en el mismo terreno de los atacantes, donde éstos llevan ventaja por su falta de escrúpulos y por el vacío legal que las permite. Me adhiero a ese propósito.

Sin embargo, en el objetivo teórico de honrar a la verdad, no todo es, como dicen los españoles, coser y cantar.

Expongo dos percepciones personales al respecto.

Una se refiere a lo que ya se ha manejado en prácticamente todos los foros, que es el riesgo de que se tutele como “fake” cualquier dato, denuncia, reportaje o trabajo periodístico que moleste al poder en turno. Es tan amplio el margen para las interpretaciones, que desde ahora quienes utilizan esos medios para exponer sus argumentos en contra del aparato del gobierno, federal, estatales o municipales, pueden empezar a poner sus barbas en remojo ante posibles sanciones. Y lo que es peor, muchas veces en forma injusta.

La segunda percepción es la que no entiendo si me paro en el piso de MORENA. Es como darse un tiro en el pie.

No descubro el hilo negro cuando expongo que precisamente esas noticias falsas o por lo menos medias mentiras, han sido sustento de la feligresía partidista de esas siglas para usarlas como ariete verbal y poner como palo de gallinero a quien se opone a una decisión o proyecto institucional y hasta personal.

Forman legión quienes han sido insultados, deslegitimados y difamados, por rechazar o simplemente disentir de las acciones morenistas. Todo, precisamente con esas “fake news”.

Como ciudadano común, si se aplica sin fobias políticas o cargas facciosas, apoyo el proyecto legislativo de MORENA para echar a la basura la cauda de embustes que saturan a las redes sociales.

Pero las huestes morenistas deberían preocuparse. En la búsqueda de cómo anular a sus adversarios en el escenario online, con ese tiro en el pie también pueden quedarse sin la artillería que más les sirvió para alcanzar el poder.

Y eso, en verdad les dolería…

LOS TIEMPOS DE LA ALCALDESA

A cuatro meses de reinventarse el Ayuntamiento de Victoria, dos aspectos me parece que merecen un vistazo.

Uno es la postura de la alcaldesa Pilar Gómez, en el sentido de no escudarse en el pasado para tratar de justificar carencias históricas, como es la del agua.

La frase “Yo soy la responsable y es conmigo con quien deben arreglar los problemas”, habla por sí sola. No estoy acostumbrado a escuchar eso de un político.

El otro aspecto es el del tiempo. ¿En verdad hay quien pueda exigir que la jefa de comuna resuelva en cuatro meses un atraso de décadas en el suministro de agua potable?

No entiendo esas ópticas. Llegó a presidir al Cabildo capitalino una mujer, no una figura de los super héroes, de los Avengers o de los Campeones de la Justicia. Es una persona como usted y como yo, con aptitudes, pero también con limitaciones para desempeñar su trabajo.

Y la verdad, con méritos prestados o gestionados, Doña Pilar ha hecho mucho más por esta capital en 120 días, que Xicoténcatl González en dos años…

FELIZ, FELIZ…

Yo sé quien está muy contento, feliz, feliz, con la denuncia por presunto desvío de recursos públicos que realizó la diputada Edna Rivera contra Maki Ortiz, alcaldesa de Reynosa. Si pudiera, le daría las gracias a MORENA…

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