Retomando mis colaboraciones anteriores, en los últimos años la inversión extranjera directa (IED) en la industria manufacturera (principalmente: equipo de transporte y equipo de computación y comunicación) de Tamaulipas ha sido el motor de crecimiento económico del estado, así que para atraer mayor IED e incrementar las exportaciones de dichos subsectores es necesario contar con una política industrial puntual, en beneficio de la competitividad del estado.
El Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO) elabora el índice de competitividad internacional, el cual ubica a México en el lugar 37 de 43 economías analizadas. Para escalar posiciones, es necesario que el gobierno federal diseñe e implemente políticas públicas para (1) incrementar la escolaridad promedio y la calidad de la educación; (2) generar condiciones para aumentar la penetración del sistema financiero y con ello detonar el desarrollo de micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes); (3) invertir más y “mejor” en investigación y desarrollo de ciencia y tecnología y (4) disminuir la desigualdad.
En el índice de competitividad estatal, dicha institución califica a Tamaulipas con una competitividad “media alta” y en la posición 11 de 32; correspondientemente, para escalar posiciones el IMCO recomienda que el gobierno estatal trabaje en el diseño e implementación de políticas públicas dirigidas a (1) mejorar el sistema de salud y la cobertura y calidad educativa; (2) contar con una política industrial que considere a la academia (local, nacional e internacional) y la iniciativa privada para desarrollar un programa de capacitación de acuerdo a las necesidades de la economía del conocimiento; (3) desarrollar nuevos centros de investigación aplicada que incrementen el número de patentes registradas en Tamaulipas y (4) analizar la posibilidad de reestructurar la deuda estatal y ampliar y fortalecer la política de austeridad.
Es claro que para incrementar la competitividad es necesario contar con una sólida política industrial a nivel nacional y estatal, por ello es pertinente preguntarse: ¿qué está considerando el gobierno federal al respecto a fin de que Tamaulipas aproveche el contexto nacional para desarrollar su propia política industrial?
La Secretaría de Economía elaboró recientemente el documento “Hacia una política industrial”, donde estudia las estrategias de países líderes en innovación (Corea del Sur, Japón, Reino Unido, China, Francia y Chile) y analiza las características particulares de México, a fin de proponer una política industrial para fomentar ciertos sectores estratégicos con “el propósito de aumentar la competitividad de la economía mexicana”.
El documento no incluye un diagnóstico sobre la situación actual (lo cual no quiere decir que no se haya realizado), que permita identificar la problemática central, las causas y los efectos, a fin de plantear el esquema de “árbol de problemas” y su correspondiente “árbol de soluciones”, incluyendo objetivos, líneas de acción, metas e indicadores de avance, según la Metodología del Marco Lógico recomendada por el Banco Interamericano de Desarrollo y utilizada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), pero que también puede ser útil para evaluar todo tipo de políticas públicas, entre ellas la industrial.
El documento inicia con cuatro objetivos generales: (1) Promover el desarrollo económico sostenible, incluyente, con perspectiva de género y que favorezca la movilidad social; (2) Fomentar la actualización tecnológica y científica de la capacidad productiva de la industria; (3) Fomentar las Mipymes a través del uso “extensivo” de las tecnologías de la industria 4.0 (revolución tecnológica gracias a la cual las cadenas de producción y los almacenes funcionan de manera inteligente -cada vez más con inteligencia artificial- con softwares personalizados), de la proveeduría más sofisticada y tecnificada y de la vinculación con los mercados regional y global y (4) Fortalecer el mercado interno. Además, considera cuatro ejes transversales: (1) Innovación y tendencias tecnológicas y científicas, (2) Formación de capital humano para las nuevas tendencias, (3) Promoción de contenido regional y encadenamiento para Mipymes y (4) Industrias sustentables y sostenibles.
Finalmente, el documento también determina 5 sectores estratégicos “que fueron seleccionados con base en un análisis de su relevancia para la economía actual y para la economía del futuro, su tasa de crecimiento anual y su importancia para el mercado laboral”: agroalimentario, eléctrico-electrónico, automotriz (electromovilidad), servicios médicos y farmacéuticos e industrias creativas.
Tamaulipas cuenta con enorme potencial para cada uno de esos sectores. En esta entrega abordaré sólo acciones puntuales para dos de los sectores más dinámicos en nuestro estado: eléctrico-electrónico y automotriz (equipo de transporte), mientras que mi próxima colaboración retomará el potencial tamaulipeco en los otros tres sectores.
A fin de obtener el máximo provecho de la política industrial que impulsa el gobierno federal y acelerar el crecimiento de los subsectores de fabricación de equipo de computación y equipo de transporte en Tamaulipas, sugiero integrar un grupo de alto nivel en el que participe el gobierno estatal, la academia y la iniciativa privada, encabezado por el Gobernador Américo Villareal, para generar un programa de trabajo que:
Facilite la transición de las empresas tamaulipecas ante la llamada cuarta revolución tecnológica (arriba mencionada), para: adoptar tecnología 5G e inteligencia artificial; recopilar, intercambiar y utilizar datos (big data) y ciberespacio y transitar al uso de vehículos cero emisiones.
Promueva las relaciones entre empresas locales y nacionales para: buscar elevar el contenido nacional de lo que se produce en Tamaulipas; integrar el producto tamaulipeco a más cadenas de producción nacional; incrementar la participación de las Mipymes del sector extractivo tamaulipeco en las cadenas de producción nacional.
Transforme el sistema educativo del estado, considerando siempre la perspectiva de género, para incrementar el número de estudiantes en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (por lo general las mujeres no eligen este tipo de carreras, de ahí la importancia de la perspectiva de género) en beneficio de las industrias más dinámicas y productivas del estado y de las carreras con mayor futuro: ingeniería cibernética, ingeniería de software, robótica, ingeniería industrial y en logística, entre otras.
Actualice los planes de estudio en todos los niveles escolares, en todo lo relativo al internet de las cosas, la digitalización de las empresas y la revolución industrial 4.0, sin dejar de mencionar desde luego, porque no todo son números, la relevancia de reforzar las materias de historia y filosofía, pues son las que pueden brindar guía y sentido humano, en un mundo que cambia rápidamente, al liderazgo empresarial y político.
Fomente el reaprendizaje para actualizar a los trabajadores y fortalecer sus capacidades ante la automatización y la revolución industrial 4.0, pero también a las Mipymes en lo relativo a desarrollo empresarial, exportación de servicios, logística y derechos de propiedad industrial.
Simplifique los procesos burocráticos a través de la digitalización de trámites en los tres órdenes de gobierno para facilitar la creación y formalización de empresas.
Cabe señalar que el gobierno federal se ha propuesto fomentar en la frontera norte la transformación de la industria automotriz y de autopartes a las tecnologías de cero emisiones; además, en esa misma zona, establecerá una estrategia para la relocalización de empresas de alta tecnología (sector eléctrico-electrónico), por lo que es urgente que Tamaulipas diseñe e implemente una política industrial en línea con la que plantea la Secretaría de Economía y así obtener el máximo provecho en beneficio de nuestro estado.
*La autora es Secretaria General de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión