Que ilógico ha resultado todo esto de la vacunación emergente a la población en el país; si hubieran manejando adecuadamente el programa de vacunación anticovid no estarían ahorita “al cuarto para las 12”, a un día de que se caduquen las vacunas, rogándole a la población que se vacune, cuando los mexicanos estuvieron exigiendo por mucho tiempo jornadas extensas y constantes.

El gobierno federal, responsable de su manejo, inició con cautela sus jornadas, habilitando solo por unos días y en puntos limitados los módulos y dedicados solo a un rango de edad; hasta se daban el lujo de negárselas a algunos como a los maestros que incluso exhibían cuando pretendían protegerse. Pasaban meses entre una y otra jornada mientras en países vecinos como Estados Unidos lo hacían al por mayor y en todos lados, como la pretenden hacer ahora.

Es hasta ahorita que ya se van a caducar que les entra la urgencia de proteger a la población. ¿Cuántas veces no se alzó la voz para que abrieran más módulos y extendieran las jornas? ¿Qué van a hacer con todas aquellas vacunas que no se apliquen, tirarlas? Por que tanto ha sido la urgencia que ya ni siquiera te piden registro, ni se cercioran del tiempo transcurrido entre una y otra, ya solo con demostrar que eres mexicano mayor de edad te vacunan sin decir “agua va”.

Ahora toca el turno a los niños, pero siguen igual, en lugar de habilitar la protección para todos los niños de 5 años en adelante cómo lo están haciendo en otros países, siguen limitando su aplicación a solo los de 12 años, y cuando llegue el momento de que caduquen ahí andarán a las carreras urgiendo a la población.

Tacha.

¡Que Dios los bendiga, gracias!

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